First Mission: Sky. (Jenlisa)

「 ✦ New Romantic ✦ 」

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Regla 12: La muerte puede ser una romántica empedernida cuando de acabar con la vida de las personas se trata.

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LALISA MANOBAL.

No me desperté en mi cama, estaba en un lugar muy distinto, el cual era la primera vez que visitaba, una habitación enorme, la cual tenía muchas decoraciones, un Dosel hermoso y un closet el cual estaba personalizado. Sonreí notando la hermosa luz del sol que penetraba desde el gran ventanal, flores por doquier y un rico aroma a flores con canela.

La piel se me erizó al mirarme al espejo y notar el hermoso vestido que me cubría, uno grande y largo, vestidos que no se utilizan de donde yo vengo, pero aún no entendía con claridad lo que estaba pasando, y el porqué todo se veía tan diferente.

Mis oídos captaron una música la cual provenía de lo que parecía ser la parte de abajo, abrí la puerta y comencé a caminar por el largo pasillo, en el transcurso sentí mi corazón acelerarse como si estuviera al tanto de lo que ocurriría o él tuviese noción de la verdad, de donde estaba en realidad.

Pasé saliva al notar aquella multitud, y como todas las mujeres lucían vestidos elegantes similares a los míos, y los caballeros trajes finos y bastante atractivos, tuve que detenerme un segundo para no volverme loca o quizás creer que estaba en un sueño. O quizás sí estaba en uno.

Fruncí el entrecejo y ya en la escalera, analicé con cuidado todo lo que me rodeaba, desde las personas hasta los enormes candelabros, y la música, era un mundo nuevo, lleno de expectativas, esta no era mi época, sino una muy diferente de muchos años atrás.

Con los labios entreabiertos y una expectativa alta sobre lo que estaba observando, avancé hacia atrás chocando con una persona y soltando un pequeño grito ahogado. Me giré de inmediato para disculparme.

—Lo siento, lo siento, no fue mi... ¿Jennie? —inquirí asombrada por el cambio tan grande que había dado—. ¿Qué haces aquí?

—¿Disculpe?, ¿cómo sabe mi nombre? —preguntó.

No entendía lo que ocurría, quizás esto era algún tipo de juego que yo no comprendía.

—Yo... sí, por supuesto —aseguré—. Soy...

—Disimula —susurró guiñándome el ojo y regresando a su papel—. ¿Usted es?

—Oh... disculpe, mi nombre es Lalisa Manobal, mucho gusto —hice una pequeña reverencia.

Jennie sonrió, luciendo aún más guapa que de costumbre.

Llevaba un vestido el cual lucía con ella y su cabello recogido, algo mágico para el momento, si esto era un sueño, no quería que me despertaran.

—Mucho gusto, Señorita Manobal —hizo una inclinación—. Como usted ya sabe, mi nombre es Jennie y mi apellido Kim. Pertenezco a la realeza y por como puede ver, todos se están uniendo al siguiente baile, ¿se ofrece usted a bailar conmigo? —me tendió su mano con fineza, mostrando firme en su decisión—. No todos los días te encuentras a una persona como yo.

—¿Le han dicho que tiene un ego enorme, Señorita Kim? —inquirí sin sostener su mano.

—Nunca me lo han referido, pero no quiere decir que yo como persona consciente no me haya percatado de eso —sonrió sin separar sus labios—. De igual forma, no creo que eso se interponga entre el baile, usted y yo, ¿o sí?