El Impostor (Male Reader X Mikey)

Momentos Memorables-Parte 2

Después de una cena deliciosa, decidimos continuar la noche en un karaoke, donde la música y la diversión se convertirían en nuestros compañeros de aventura. Entramos en la sala privada, y la atmósfera se llenó de anticipación y emoción. Las luces brillantes y los colores vibrantes crearon un ambiente festivo, invitándonos a sumergirnos en el mundo de la música.

Mikey, con su confianza y talento innato para el canto, tomó el micrófono con seguridad en sus manos. Su voz resonó en la habitación, envolviéndonos en una espiral de emociones y melodías.

-Es hora de mostrar mis habilidades como cantante- me dijo Mikey, su mirada llena de determinación y entusiasmo. Sostenía el micrófono como si fuera una extensión de su ser, listo para conquistar el escenario improvisado.

Sonreí y me preparé para disfrutar de su actuación. -Estoy listo, Mikey. ¡Demuéstrame de qué eres capaz!- respondí, dejando escapar una risa suave. Verlo tan apasionado mientras cantaba era un verdadero entretenido.

La habitación se llenó de energía y emoción a medida que Mikey se entregaba a cada nota, cada palabra. Cada canción que elegía era un reflejo de su personalidad, una forma de transmitir sus emociones y sus sueños a través de la música.

Mientras Mikey cantaba, me dejé llevar por la melodía y la pasión que emanaba de él. Mis manos aplaudían enérgicamente, siguiendo el ritmo de la música y celebrando su talento.

La habitación se llenó de risas y aplausos, mientras Mikey me regalaba su voz y su carisma. Y así, cantamos a todo pulmón nuestras canciones favoritas, dejándonos llevar por la música y la diversión. Cada nota que salía de nuestros labios era un testimonio de nuestra alegría y amor compartidos.

Al final de una noche mágica, decidimos hacer una última parada en un mirador. Estacioné mi motocicleta con cuidado y extendí mi mano para ayudar a Mikey a bajar de ella. Nuestros dedos se entrelazaron, creando un lazo de conexión y amor mientras caminábamos juntos hacia unos árboles cercanos a la orilla. Desde allí, se abría ante nosotros una vista impresionante: la ciudad de Shibuya iluminada bajo un manto de estrellas brillantes.

Nos abrazamos, sintiendo el calor y la ternura del otro. Mis brazos rodearon su cintura, y Mikey apoyó su cabeza en mi hombro. Cerré los ojos y dejé que la suave brisa nocturna acariciara nuestra piel, llevando consigo el aroma de la noche y susurros de la ciudad que nunca dormía. En ese abrazo, sentí la paz y la felicidad que solo Mikey podía brindarme.

Mikey extendió su mano y acarició suavemente mi mejilla, sin apartar la mirada de la ciudad que se extendía ante nosotros. Las luces de la ciudad se reflejaban en sus pupilas, creando destellos que parecían un cielo estrellado en sí mismos. Su mirada era como un faro de amor y gratitud, iluminando mi corazón y llenándome de una alegría indescriptible.

-Este lugar es tan hermoso-susurró Mikey, su voz llena de admiración y asombro. Sus palabras resonaron en el aire, mezclándose con el susurro de la noche. Lo miré, capturando la belleza de sus ojos que parecían un cielo estrellado en sí mismos. -___, gracias por hacer de este día uno de los más memorables de mi vida-, dijo, girándose entre mis brazos para poder verme mejor, sus manos descansando en mi pecho.

Mi corazón se llenó de amor y gratitud mientras acariciaba su mejilla suavemente. -No hay nada que desee más que hacer de cada día contigo un momento especial- respondí, mis palabras cargadas de sinceridad y cariño. -Mikey, realmente eres como un sol en mi vida, iluminando la oscuridad que me rodea y llenándome de alegría y amor.

Mikey se estiró ligeramente, buscando mi cercanía. Me incliné hacia él, sintiendo la suavidad de sus labios contra los míos. En ese beso, se transmitieron todas las emociones que nos unían: el cariño, la pasión y el amor profundo que compartíamos.

-Es hora de regresar a casa, mi Sol- le dije a Mikey, tomando su mano con ternura para caminar juntos hacia mi motocicleta.

-Si además te tengo una sorpresa-dijo Mikey, capturando mi atención por completo. Lo miré con curiosidad, preguntándome qué podría ser esta sorpresa que tenía preparada para mí. Su tono juguetón y su sonrisa despertaron mi intriga y anticipación. Sin decir una palabra más, Mikey subió a mi motocicleta, invitándome a seguirlo.

Me subí a la motocicleta, sintiendo la emoción correr por mis venas. Mi corazón latía con fuerza, sin saber qué esperar de esta sorpresa. Encendí el motor, sintiendo la vibración bajo mis manos, y me preparé para el viaje que nos llevaría a casa.

-¿Ok?-dije con una mezcla de incertidumbre y emoción, sin estar seguro de lo que nos esperaba. Miré a Mikey, buscando alguna pista en su expresión, pero solo me encontré con su sonrisa llena de misterio.

-Agárrate bien- le dije a Mikey, asegurándome de que estuviera bien sujeto. Sentí su cuerpo apretarse contra el mío, nuestras manos entrelazadas como si fueran una sola. Y así, comenzamos nuestro viaje hacia casa, dejando atrás el mirador y adentrándonos en las calles iluminadas de la ciudad.

El viento soplaba suavemente en nuestros rostros, llevándose consigo los suspiros de emoción que escapaban de nuestros labios. Sentí la libertad y la adrenalina correr por mi cuerpo mientras conducía, cada giro y cada curva nos acercaba más a nuestro destino.

A medida que avanzábamos, los sonidos de la ciudad se mezclaban con el rugido del motor, creando una sinfonía urbana que nos envolvía. El aroma de la noche flotaba en el aire, una mezcla de perfumes, comida callejera y la dulzura de los cerezos en flor.

Mikey se aferraba a mí con fuerza, sus brazos rodeando mi cintura, transmitiendo su confianza y su emoción. Sentía su respiración en mi oído, su cercanía y su presencia reconfortante. En medio de la oscuridad de la noche, su energía y su amor iluminaban mi camino.

A medida que nos acercábamos a casa, sentí una mezcla de felicidad y anticipación.

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Espero que les haya gustado este capítulo por favor dejen un me gusta y comenten que les parece la historia gracias por leer.