Recuerdos Perdidos 41

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Narra Mikey:

Han pasado 12 largos años desde la última vez que vi a ___, desde que recibí aquella carta que cambió mi vida por completo. Desde entonces, no he vuelto a saber nada de él. Es como si hubiera desaparecido en la oscuridad, dejándome con un corazón lleno de preguntas sin respuesta.

Mi noviazgo con Senju no duró más de 8 meses. Aunque intenté seguir adelante, no podía olvidar a ___. Su recuerdo seguía ardiendo en lo más profundo de mi ser, y Senju se cansó de ser la única que se esforzaba por mantener nuestra relación a flote. Así que, finalmente, decidimos separarnos.

Hoy en día, me encuentro entre los mejores corredores de motos del mundo. La fama y el reconocimiento han llegado a mi vida, pero en lo más profundo de mi corazón, todavía espero que ___ regrese. A veces, me pregunto si algún día volverá a aparecer en mi vida y si podremos retomar lo que dejamos atrás.

Mientras desayunaba en una acogedora cafetería, Hinata y Takemichi se unieron a mí. Ambos estaban preocupados por mí y sabían que, a pesar del tiempo transcurrido, aún esperaba a ___.

-No lo sé-respondí con sinceridad cuando Takemichi me preguntó qué pensaba hacer. Miré hacia el frente, perdido en mis propios pensamientos, y comencé a comer mi desayuno con cierta melancolía.

Hinata tomó un sorbo de su malteada y sugirió-¿Por qué no le pides a Kisaki y Koko que lo busquen? Tal vez puedan encontrar alguna pista sobre su paradero.

Asentí, recordando que ya había contactado a Kisaki y Koko en busca de ayuda. Sin embargo, parecía que la familia de ___ mantenía su vida en privado, sin dejar rastro alguno.

Resultaba que la familia de ____ no era nada común. Su madre, Natalia Sinclair, era una famosa ex modelo convertida en diseñadora, conocida por su elegancia y carisma. Su esposo, Aidan Akabane, había rechazado su herencia familiar y se había convertido en un exitoso empresario, reconocido por su astucia y magnética personalidad. Sin embargo, poco se sabía de sus hijos, y ni siquiera se conocían detalles sobre la trágica muerte de su hija mayor. Obtener información sobre los otros hijos de la familia era prácticamente imposible.

Mientras terminaba mi desayuno, mi mente se inundaba de recuerdos y emociones encontradas. Me sentía abrumado por la incertidumbre del futuro y la persistente esperanza de que, algún día, ___ regresara a mi vida. Pero también me angustiaba la posibilidad de que las circunstancias nos hubieran separado para siempre.

Cerré los ojos por un momento, tratando de encontrar calma en medio del torbellino emocional. Sentí el aroma reconfortante del café recién hecho y el sonido suave de las conversaciones a mi alrededor. Mi corazón latía con fuerza, lleno de anhelos y preguntas sin respuesta.

Sabía que tenía que encontrar la paz y la claridad dentro de mí mismo. Con determinación renovada, dejé la cafetería junto a Hinata y Takemichi. El sol brillaba en el cielo, iluminando el camino que tenía por delante.

Caminamos juntos por las vibrantes calles de Shibuya, mientras Hinata y Takemichi me animaban con preguntas sobre mi familia. El bullicio de la multitud, mezclado con los colores llamativos de los carteles y el aroma tentador de la comida callejera, llenaba el aire a nuestro alrededor. Sin darme cuenta, nuestros pasos nos llevaron hasta la casa de ____, que llevaba años sin ser habitada.

Observé la casa por un momento, recordando los momentos felices que viví en ese lugar junto a ___.La fachada desgastada y el jardín descuidado parecían contar historias de tiempos pasados. Mientras la miraba, algo llamó mi atención: una de las cortinas se movió ligeramente. Observé más detenidamente la casa y noté un lujoso auto estacionado frente a la cochera. Mi corazón latió con fuerza al pensar que ___,mi amor perdido, había regresado.

-¡___!-susurré emocionado, sin pensarlo dos veces, corrí hacia la casa y abrí la puerta.

-Mikey-kun- dijo Takemichi llamándome y siguiéndome junto con Hinata.

Entré corriendo a la sala, llena de expectativas, esperando encontrarme con ___ en su interior. Sin embargo, para mi sorpresa, me encontré con un hombre alto de cabello café y ojos dorados, junto a él estaba una mujer de cabello negro y ojos violetas.

-¿Quiénes son ustedes?-pregunté, mirándolos con curiosidad y cautela.

-La pregunta en realidad sería, ¿quién eres tú y por qué entraste a esta casa como si fuera tuya?-respondió el hombre de ojos dorados, con un ceño fruncido.

-Jake, cálmate-intervino la mujer de ojos violetas, tratando de apaciguar la situación.

Escuché la voz de Takemichi detrás de mí, diciendo mi nombre, lo que me hizo darme cuenta de que tanto él como Hinata me habían seguido.

-¿Mikey?-dijeron las dos personas frente a mí al unísono, intercambiando miradas nerviosas.

-Eh, tú eres aquella chica-dijo Hinata cuando llegó a la sala y se puso a mi lado, mirando a la mujer de ojos violetas.

-Hinata Tachibana-dijo la chica, mirando a Hinata con sorpresa.

-Jake, Aiko, ¿por qué hacen tanto ruido?- dijo una voz masculina a mis espaldas.

Todos volteamos instintivamente para descubrir la procedencia de aquella voz. El pasillo, envuelto en una penumbra intrigante, reveló una figura masculina y alta que se acercaba lentamente hacia nosotros. Cada paso que daba parecía llenar el aire con una tensión palpable. Antes de que la luz iluminara su rostro, se detuvo y nos observó a todos con una mirada penetrante. Unos ojos azules brillaban intensamente en la oscuridad del pasillo, como dos estrellas en la noche. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, lleno de una mezcla de esperanza y nerviosismo abrumadores. ¿Podría ser él? ¿Podría ser ____?

-¿___? -susurré, mis ojos fijos en aquella figura que se encontraba a unos metros de distancia. Mi voz temblaba ligeramente, incapaz de contener la emoción que me embargaba.

La figura enigmática frente a mí me miró con curiosidad, como si estuviera estudiándome minuciosamente. Su expresión impasible y tranquila no revelaba ninguna emoción clara, como si mis palabras no le afectaran en lo más mínimo.

-¿Quién eres tú? -preguntó con una voz tranquila y distante, mientras sus ojos seguían clavados en los míos. Cada palabra que pronunciaba resonaba en el silencio del pasillo.
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Espero que les haya gustado este capítulo por favor dejen un me gusta y comenten que les parece la historia gracias por leer.

El Impostor (Male Reader X Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora