Un encuentro inesperado 42

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Narra Mikey:

Al escuchar su pregunta, sentí como si mi corazón se rompiera en mil pedazos. El eco de sus palabras resonaba en el aire, llenando el pasillo con una tensión palpable. La figura frente a mí se mantenía inmutable, observándome con una intensidad que me dejaba sin aliento. La luz tenue que se filtraba por las ventanas iluminaba su rostro, revelando cada línea de su expresión seria y cautelosa.

-¿Quién eres tú? -repitió, su voz resonando en el silencio del pasillo. Cada palabra parecía cortar el aire, dejando un rastro de incertidumbre en su estela.

-Yo soy Manjiro Sano -respondí, mi voz temblorosa y apenas audible. Bajé la mirada, incapaz de sostener su mirada penetrante. Sentí cómo mi corazón latía desbocado en mi pecho, como si estuviera en medio de una tormenta emocional. La fragilidad de mi voz reflejaba la mezcla de miedo, nostalgia y esperanza que se agitaba en mi interior.

La figura frente a mí finalmente salió de la oscuridad del pasillo, revelando a un joven alto de ojos azules. Uno de sus ojos estaba parcialmente oculto por su cabello desordenado, lo que le daba un aire misterioso. Su piel pálida contrastaba con la oscuridad del pasillo, y sus rasgos faciales estaban marcados por una combinación de determinación y cautela. Sus ojos, profundos como el océano, parecían esconder un mar de secretos. Por alguna razón, su presencia me recordaba a ___.

-¿Y qué haces aquí? -preguntó, su tono de voz indiferente pero sus ojos revelando una chispa de curiosidad. Cada palabra era como un enigma, dejando entrever un deseo de conocer la verdad.

-Eliot -intervino la mujer de ojos violetas, su voz suave, pero firme, llamando la atención del chico frente a mí. Sus palabras resonaron en el pasillo, rompiendo la tensión que se había acumulado.

-¿Eliot? -repetí, mirando con asombro al chico frente a mí. No podía creerlo. Aquel pequeño de 3 años, a quien solía cargar en mis brazos, ahora se había convertido en un adolescente. Cada rasgo de su rostro era una prueba del paso del tiempo, y sentí una mezcla de nostalgia y asombro al darme cuenta de lo mucho que había crecido.

Mis ojos se encontraron con los suyos, buscando algún rastro de reconocimiento en su mirada. La luz tenue de la sala iluminaba su rostro, revelando cada detalle de sus facciones juveniles. Sus ojos azules, antes llenos de inocencia, ahora reflejaban una curiosidad intensa y una pizca de confusión. Frunció el ceño, como si estuviera tratando de recordar algo importante.

-¿Te conozco? -preguntó Eliot, su voz llena de curiosidad y un ligero tono de incredulidad. Sus cejas se arquearon, añadiendo un matiz de intriga a su rostro.

La pregunta me tomó por sorpresa, dejando un breve silencio en el aire mientras procesaba la sorpresa de que Eliot no me recordara. Aunque, al mismo tiempo, comprendía que nuestras interacciones fueron breves y que Eliot era muy joven cuando nos conocimos. Un nudo se formó en mi garganta, dificultándome encontrar las palabras adecuadas para responder.

-Sí, nos conocemos, pero fue hace mucho tiempo, cuando apenas eras un niño -respondí finalmente, tratando de mantener la calma mientras mis ojos seguían buscando cualquier indicio de reconocimiento en su rostro. Sentí cómo mis manos se aferraban ligeramente a los bolsillos de mi chaqueta, como si necesitara algo para sostenerme en ese momento de incertidumbre.

-No te recuerdo -dijo Eliot con tranquilidad, alejándose de mí y acercándose a la mujer de ojos violetas y al hombre de ojos dorados. Cada uno de sus movimientos era suave y cauteloso, como si estuviera evaluando la situación en busca de respuestas que aún no podía encontrar. La sala parecía llenarse de una tensión palpable, como si todos estuviéramos suspendidos en ese momento.

-Antes me llamaste por el nombre de mi hermano. ¿Por qué? -inquirió Eliot, su mirada seria y penetrante, como si buscara la verdad en mis ojos. Cada palabra que salía de sus labios resonaba en el aire, dejando un rastro de intriga y confusión.

El Impostor (Male Reader X Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora