-Siente que quererte a ti es traicionar a Dios. Por ello, se niega a admitir lo que es obvio.
-Se refiere a que, ¿él me quiere?- Sanji dijo que le gustaba, pero ¿quererlo?
-Él jura que no, lo que es divertido porque mis oídos fueron testigos de la gran química que ambos tienen.- George lo miró con una sonrisa de diversión, la cual quitó enseguida al ver que Roronoa no estaba para bromas. - Pero incluso si yo lo sé, no sirve de nada abrirle los ojos. Está encerrado en su realidad, y por más sentimientos que albergue, él decidió volver a su antigua vida.
-Mierda, ¿qué hago?- Zoro buscó los ojos de George, genuinamente esperando un consejo. Su expresión era de desesperación. George dudó.
-¿Quieres hacer algo?
-Sí.
-¿Por qué?
-Sanji me gusta de verdad.- Lo decía en serio. Ahora lo comprendía, por eso lo deseaba como si fuera aire. Su sangre hervía, su piel picaba, su cabeza dolía, todo en él se convirtió en un caos en cuanto supo que Sanji se fue.
-Si te gusta, no hagas nada.- Zoro soltó una risa sarcástica, casi queriendo golpear al hombre a su lado.- Así como están las cosas, nunca podrán estar juntos.
-¿Por?
-Eres un pirata. ¿Dejarás de serlo?
-No diga tonterías.
-A eso me refiero. Ninguno de los dos está dispuesto a dar su brazo a torcer y cambiar. - Se quedó en silencio. El sacerdote tenía razón. ¿Significaba que debía rendirse y dejarlo ir? Sanji le gustaba, sí, pero nunca pensó en cambiar su vida por él. Y sin embargo, le exigió lo mismo.- Sanji no estará contigo si eres un criminal, y sí lo obligas a estar a tu lado, tanto tú como él, nunca sabrán si los sentimientos que albergan son reales. Por el contrario, podría ser producto de la obligación, supervivencia, obsesión...
Lo sabía, maldición. Sanji lo quería, pero ¿no empezó por qué lo dejó incomunicado? ¿siendo él el único con el que podía hablar? Y lo obligó a cosas que nunca hubiera conocido si no fuera por culpa suya. Lo hizo pecar, a pesar de saber que Sanji se culparía para el resto de su vida. Sufrió por su culpa.
Obsesión. Que magnifica palabra para describir su relación.
Zoro se levantó de la banca de madera. Con una mirada sutil de agradecimiento hacia George, se giró y caminó hacia la salida de la capilla.
-Sí quieres un consejo, déjalo en manos de Dios, Roronoa- Dijo en voz alta el sacerdote, antes de que Zoro pusiera un pie afuera.- Si él lo quiere, Sanji volverá a estar en tu camino.
-Para empezar, Dios me lo quitó, padre.
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Seis meses después...
Subió el cierre de su pantalón. Dio un último vistazo a la muchacha que había conocido ayer en una cantina de mala muerte. Estaba demasiado dormida como para darse cuenta de que Zoro se estaba marchando, pero era mejor así. Zoro odiaba cuando querían retenerlo por más tiempo del necesario. Ya había follado, es todo lo que quería.
Cerró la puerta con cuidado y se largó de allí. De nuevo, insatisfecho.
Su tripulación se había quedado en aquella isla minera por una semana ya, así que zarparían al atardecer. Otra vez no habían conseguido mucho dinero, pero hicieron excelentes negocios para el transporte de una mercancía ilegal que con el tiempo los haría mucho más ricos y respetados.
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Perdona mis pecados (ZOSAN +18)
RomanceLa iglesia fue el hogar de Sanji desde siempre, así que vio natural seguir su camino hasta llegar a ser sacerdote. De hecho, le quedaba muy poco para ser ordenado como tal, pero justo antes de recibir su ansiado título, unos piratas entraron a la fu...