Capítulo 11

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ADVERTENCIA: CONTENIDO +18. Si eres sensible a este tipo de contenido, te recomiendo saltar el capítulo. LENGUAJE VULGAR.



SANJI

Tras despertar de su ( prácticamente) desmayo, Sanji ya no pudo pegar ojo.

Miró el reloj. Eran las 3 y media de la mañana y aún no podía conciliar el sueño. No cuando tenía demasiado en lo que pensar, y sobre todo, no cuando a su lado estaba el moreno. Roronoa se quedó dormido nada más y nada menos que con un brazo rodeando su cintura, de forma tan posesiva que Sanji ya se rindió al tratar de zafarse. El maldito, incluso dormido, tenía una fuerza descomunal.

Encima, ambos aún seguían desnudos, así que cada vez que bajaba su mirada se encontraba con el miembro del peliverde. Lo sorprendente era que su tamaño seguía siendo considerable a pesar de estar flácido.

Volvió a sonrojarse al pensar que aquello había estado en su boca. No lo odió, en absoluto.

Trató de girarse por décima vez en la noche, pero no había manera. Miró el rostro del moreno. Era jodidamente guapo. Demonios.

Empujó el brazo, esta vez más fuerte. Para su sorpresa, el moreno suspiró aun dormido, y lo soltó. Al fin, Sanji se pudo acomodar mejor, que para él significaba alejarse de Roronoa tanto como el tamaño de la cama le permitiera. Se giró, dándole la espalda al peliverde y trató de dormir.

No pasaron más de cinco minutos, y cuando al fin el sueño comenzó a alcanzarle, el brazo de Roronoa volvió para abrazarlo. Sanji casi juró en voz alta. Contó hasta diez para calmarse, pero el cuerpo del pirata se pegó al suyo y todo quedó en el olvido al sentir algo duro contra su trasero.

-Sé que está despierto.- Escuchó la sexy voz ronca del peliverde.- ¿Qué debo hacer, padre Sanji? Me he puesto duro.

-Tienes una mano funcional. - Sanji quiso actuar tan frío como siempre, más su cuerpo lo traicionó. Su propio pene comenzó a despertar solo por la anticipación.

-Pero es que usted tiene la culpa. Se dio la vuelta, y su trasero se veía tan apetitoso.

Zoro besó la parte trasera de su hombro, bajando hasta su espalda y de regreso. El primer jadeo salió de su garganta, y lo supo. No podía negarse, no ahora que ya sabía cuánto podría disfrutar. Ya la había cagado, ¿qué más daba hacerlo un poco más?

Sanji se giró al fin para estampar su boca contra la ajena. Como inercia, su pierna se enganchó a la cadera del peliverde, atrayendo su cuerpo lo máximo posible. Ambos miembros se juntaron, rozándose frenéticamente. Era increíble lo rápido que el pirata lo llevaba al borde.

-Dame más.- Alcanzó a pronunciar antes de que Zoro lo volteara de cara contra el colchón, alzando sus caderas y prácticamente, devorándolo.

Primero, comenzó depositando besos por ambos glúteos, para después abrir muy bien sus mejillas. Lamió alrededor de su agujero como si fuera un maldito helado, haciendo que el rubio gimiera escandalosamente. Luego, Sanji casi pierde el juicio cuando la lengua del moreno lo penetró.

-Mierda.- La lengua arremetió contra él sin piedad, dejándolo muy consciente de lo bien que se sentía con algo en su interior. Sanji se agarró a la almohada y la mordió. Trató de controlar su boca ruidosa, ya era demasiado malo estar haciendo aquello justo encima de la capilla, solo no quería que alguien escuchara.

-No, no. No haga eso, déjeme oír lo mucho que disfruta.- Roronoa se irguió, a lo que Sanji soltó un suspiro de decepción al sentirse vacío. Solo esperaba que sustituyera su lengua por otra cosa o gritaría.

Perdona mis pecados (ZOSAN +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora