Mǔgǒu •NichoJoo•

19. Wrong Thoughts

La fría brisa matutina logro colarse por debajo del edredón, por lo que con somnolencia incorporó su cuerpo mientras pasaba ambas manos por su rostro, el cielo se encontraba nublado, por lo que rápidamente se puso de pie para entrar a su habitación con sigilo para no despertar al azabache aún dormido en su cama, algo nervioso se dispuso a avanzar unos cuantos pasos para ver el rostro del mayor.

Un pequeño suspiro escapo de sus labios mientras se dedicaba a deslizar su mirada por las finas facciones de su rostro, acercándose unos cuantos pasos para terminar colocándose junto a la cama y así poder mirar con atención cada una de las heridas que el azabache tenía en su rostro, su labio tenía una herida cubierta por una bandita al igual que su ceja, tenía algunos hematomas en sus mejillas y la zona de su quijada los cuales lucian tonos rojizos oscuros y azul violáceo, debía doler como el demonio, sin embargo, la tranquilidad en el rostro del mayor mientras dormía era agradable de ver.

Una pequeña sonrisa tímida se formó en su rostro mientras algunos recuerdos regresaron a su mente, pero de repente el azabache deslizó su mano entre las mantas para tomar su mano mientras parpadeando débilmente, provocando que el castaño abriera sus ojos y tomara un rápido impulso para levantarse, sin embargo, Nicholas no lo soltó, causando que cayera sobre él en la cama, una fuerte queja escapo de la boca del mayor, mientras que él cubría su boca para impedir que sus padres fuesen a escucharlo.

Su mirada nerviosa viajo hacia la puerta mientras azabache gemia ante el dolor que había provocado la caída del menor sobre su cuerpo, con su mano tomo rápidamente el brazo que estaba sobre sus costillas para poder quitarlo de aquella zona mientras mantenía sus ojos con fuerza.

—No grites, mis padres pueden escucharte —Murmuró EuiJoo con nerviosismo mientras volvía a mirar al azabache, notando lo cerca que se encontraban en aquella posición.

Nicholas abrió sus ojos segundos después, quitando la mano del menor de su boca mientras mantenía su ceño fruncido, sin embargo, este se desvaneció rápidamente al encontrarse con el par de cianitas celestes que lo observaban, el nerviosismo rapidamente se apoderó de él, impidiéndole moverse bajo aquella celestina mirada, un suspiro entrecortado escapo de su boca mientras se atrevía a desviar su mirada para observar cada rasgo del menor, notando cuando un color rojizo comenzaba a ponerse en sus mejillas.

Hace muchísimo tiempo que no tenía una cercanía de aquel grado, la respiración cálida del menor en su rostro  le tenía los pelos de punta, la explosión de emociones que hubo en su interior era demasiado fuerte y grande, una que había estado conteniendo con todas sus fuerzas desde hace mucho tiempo, y gracias a dios antes de que pudiese hacer algo, EuiJoo pareció reaccionar, abriendo sus ojos en grande mientras sentia sus mejillas arder ante la verguenza, por lo que rápidamente se levanto para poder alejarse del mayor, cayendo de la cama en medio de su pánico.

—¿Qué se supone que haces? ¿Estás bien? —Preguntó Nicholas tratando de incorporar su cuerpo en medio del dolor, por lo que rápidamente llevo una mano hasta sus costillas mientras fruncía su ceño—. Mierda.

—Yo no hice nada, fuiste tú —Se defendió él mientras negaba de inmediato, levantándose del suelo—. Tomaste mi mano y no me soltaste, fue tu culpa.

—¿De qué hablas? Estoy preguntando si estás bien —Regañó el taiwanes mientras lo miraba con una expresión llena de dolor.

EuiJoo presionó levemente sus manos mientras miraba al azabache, quién deslizó una mano debajo de la sudadera para poder levantarla y darle una rápida mirada al gran hematoma que había en la zona de sus costillas, donde EuiJoo había golpeado recientemente ante la caída causada por su estupidez, el castaño parpadeó algo horrorizado por lo doloroso que aquello lucía, sin embargo, no fue capaz de decir nada el respecto, quería pensar que muy en el fondo, Nicholas se merecía aquella paliza por lo bastardo que solía ser últimamente.