Mǔgǒu •NichoJoo•

22. Secret Kisses

EuiJoo entró en silenció detrás del mayor, observando con cautela el gran espacio que había en el departamento mientras el azabache cerraba la puerta detrás de su cuerpo, su mirada no tardo en recorrer la amplia sala de estar que tenía una paleta de colores que iban desde un suave gris, a un reluciente que contrastaba con el negro de los objetos decorativos, siendo dominado por un aspecto minimalista, muy Nicholas, jamás pensó que el departamento donde vivía el mayor luciera tan limpio y ordenado.

—Yo puedo explicarte lo que viste —Habló el azabache haciéndolo reaccionar, logrando que volteara a verlo de inmediato.

—La verdad es que ni siquiera entiendo porque te hice caso —Dijo él desviando su mirada, apoyando sus manos sobre la encimera que había junto a la cocina y que se encontraba frente a la sala de estar—. Simplemente debí irme

—EuiJoo, yo... sé que tienes una imagen horrible de mí, pero no quiero que lo que viste haga que eso aumente, yo no... —Intentó explicar el mayor mientras se acercaba con cautela—. Ella comenzó a actuar como loca, de repente se encontraba sobre mí, reclamándome cosas sin sentido, estupideces que ni siquiera sé de donde lo saco, yo no la golpeé, yo... por favor créeme.

—¿Por qué debería creerte? —Cuestionó él volteando a verlo, frunciendo levemente su ceño a pesar de lo preocupado que lucía—. Es más, no deberías de explicarme nada, a nadie le importa lo que yo piense, es tu vida, es tu novia...

—No es mi novia... —Intervino el Nicholas guardando silencio por unos segundos mientras aquel par de cianitas volvían a encontrarse con sus ojos—. EuiJoo sé que no me vas a creer... pero de verdad yo no la golpeé, yo no quería, pero ella no me dejaba.

—Yo solo te traía el estuche de insulina —Dijo él luego de unos segundos, dando un paso hacia atrás mientras desviaba su mirada dispuesto a marcharse—. Si te preocupa lo que vi... no te asustes, no le diré a nadie.

—Juju...

El castaño volteó a verlo cuando sintió un repentino agarré en su brazo, pero esta vez no lo lastimaba, sólo se encontraba allí, presente casi como si rogara porque se quedara, pero a la vez dispuesto a dejarlo ir, ni siquiera era capaz de entender el porque simplemente no se marchaba.

Sus ojos no tardaron en conectarse con los oscuros ojos del mayor, notando como este se acercaba con algo de cautela, atreviéndose a levantar correr un mechón de cabello que caía por encima de sus ojos, provocando que el castaño parpadeara con nerviosismo mientras el mayor se dedicaba a recorrer cada una de sus facciones con una atenta mirada, por lo que con algo de timidez se atrevió observarlo con atención cuando de repente el azabache se atrevió a deslizar la punta de sus dedos por la comisura de sus labios, haciéndolo reaccionar con nerviosismo.

—¿Q-qué se supone que haces? —Cuestionó él algo sonrojado mientras alejaba escasamente su rostro de la mano ajena.

—No lo sé —Confesó el azabache demasiado atraído como para apartar su mirada y pensar correctamente lo que hacía—. Solo sé que desde esta mañana no he dejado de pensar en esto... y no lo entiendo, Juju.

¿Qué probabilidad había de que realmente aquello fuese cierto? Nicholas no podía estar hablando enserio.

—Si esto es una broma...

—Después de todo lo que he hecho para alejarte realmente crees que el que quiera besarte es una broma —Murmuró Nicholas levantando su mirada hasta aquel par de cianitas que lo observaban—. Estoy confundido, no entiendo porque no puedo dejar de pensar en hacerlo.

—No puedes besarme, Nicho... recapacita.

—Déjame hacerlo —Suplicó el azabache notando los ojos del menor moverse de un lado al otro con nerviosismo—. No somos los mismos de antes, pero aún soy capaz de leerte con solo mirarte... sé que quieres hacerlo igual que yo.

—Es diferente ahora, antes era un juego, antes yo no tenía sentimientos de por medio, se supone no habría una segunda vez, aquella vez fue una estupidez...

—¿Realmente lo fue?

—Basta, creo que estás demasiado confundido —Murmuró EuiJoo apartando su mirada mientras un suspiro entrecortado escapaba de sus labios, levantaba su mano para tomar la muñeca del mayor y alejarla de él.

—¿Por qué finges que no quieres besarme?

—Porqué el que va a sentirse mal después seré yo, para ti va a ser fácil actuar como si nada y luego por cobardía te vas a comportar como un bastardo conmigo —Aclaró el menor frunciendo levemente su ceño mientras apartaba la mirada—. Prefiero que me ignores a tener que pelearme contigo otra vez solo para que recuperes tu estupida imagen.

Nicholas negó levemente mientras observaba al alto chico con sus ojos algo cristalizados, sin embargo, él realmente lo queria, necesitaba hacerlo para poder calmar todo aquello para que cada una de las emociones que tenía en su interior volvieran a su caja, no podía engañar a EuiJoo con cada una de las confusas emociones que tenía dentro de él porque el chico simplemente no iba a creerle, no iba a entenderlo.

—Sé que no lo entiendes.

—No lo hagas.

Pidió EuiJoo abriendo sus ojos al ver al mayor acercarse con demasiada confianza, sintiendo de repente el aliento de este chocar en su rostro, sintiendo su pulso acelerarse mientras batía sus pestañas con nerviosismo, sin obtener más respuesta que el repentino tacto de los labios del mayor sobre los suyos, envolviéndolos con una calidez que alguna vez, hace mucho tiempo, fue capaz de sentir por primera vez, en circunstancias totalmente diferentes, en ese entonces él ni siquiera era consciente de que podía llegar a fijarse en un hombre, en su mejor amigo.

Los labios del mayor se alejaron unos escasos centímetros, permitiéndole soltar aire contenido en sus pulmones, cuando estos rogaban por aire al haberse congelado momentáneamente por el nerviosismo, sin embargo, los labios del mayor volviendo a posarse sobre los suyos, esta vez permitiéndose saborearlos cuando  él terminó separando sus labios mientras tomaba el valor suficiente para corresponder aquel tortuoso beso que el mayor había iniciado.

'No lo hagas, EuiJoo' 'Eres un idiota' 'Acabas de humillarte una vez más'

La pierna del azabache envolvió con cuidado la del menor, jalandola levemente para que este perdiera el equilibrio, provocando que él terminaba por sentarse sobre uno de los taburetes, de mamera que ambos estuvieron a la misma altura, la manera en que Nicholas se atrevía  a besarlo era realmente una locura, se sentía tan suave y a la vez necesitado que eso no había hecho más que aturdirlo mientras le seguía el ritmo, un jadeo escapo de sus labios luego de que el aire comenzara a faltarles, interrumpiendo el beso que compartían.

Algo aterrado solo atinó a guardar silenció mientras sus miradas se encontraban y es que el recuerdo de la primera vez que se besaron no tardó en instalarse en su cabeza, como si aquella situación fuera la misma, teniendo que actuar otra vez como si nada hubiera sucedido, pero la realidad ahora era muy diferente, porque a él realmente le gustaba el mayor.

La yema de los dedos del mayor volvió a acariciar sus labios, haciéndolo reaccionar de inmediato, sintiendo sus ojos cristalizarse mientras daba un manotazo para alejar bruscamente la mano de este, desviando su mirada mientras deslizaba su cuerpo por el lado libre del azabache, yendo hacia la puerta para salir de aquel departamento lo antes posible.

—EuiJoo, espera... —Dijo el mayor algo nervioso, girando hacia la puerta para ver al castaño, pero este no se detuvo, se marchó sin decir nada.

Nicholas se quedó allí en silencio, con su mirada perdida en la puerta mientras procesaba sus acciones, se sentía incapaz de moverse, porque probablemente si lo hacía todo eso iba a ser falso e iba a despertar, iba a volver a la realidad donde seguía siendo un imbécil que no se disculpaba, que no daba explicaciones y que era un completo bastardo con aquella persona a quién correspondía sus sentimientos en secreto.