-¿Has aceptado casarse conmigo? - Ikuko preguntó a Darien.
-No, no le he propuesto matrimonio todavía, quería obtener tu bendición antes de pedírselo - respondió Darien conteniendo la respiración.
Sín embargó estaba hecho un nudo y su corazón latía aceleradamente mientras esperaba la respuesta de Ikuko, Darien se sentía cómo un niño esperando ansiosamente qué sus padres lo regañaran por algo qué había hecho, Ikuko suspiró.
-Creó qué primero deberías pedirle qué se case contigo, cuándo Serena acepté tendrás mí bendición al final del día, tienes qué ser elección de Serena y no puedo darte mí bendición a menos qué Serena acepte tu propuesta - respondió Ikuko.
Darien asintió mientras reflexionaba, entendió el punto de Ikuko por qué sí les daría su bendición o no dependería de lo qué Serena quisiera, miró a Ikuko.
-Haré los arreglos necesario, no te preocupes, trataré bien a tu hija - dijo Darien.
Ikuko guardó silencio unos segundos, recordó el estado en qué se encontraba su hija cuándo regresó al campo hace cinco años, le dolía el corazón al pensar en lo deprimida qué estaba Serena en ese momento, sín embargó también había notado lo felices qué estaban Serena y los niños desde qué Darien regresó a sus vidas, por qué no quería interferir en ellos pero quería advertirle a Darien en caso de qué cambiará en el futuro, entrecerrando los ojos hacía Darien.
-Sobre eso... Espero qué no vuelvas a lastimar a mí hija Darien, no quiero verla perderse nunca cómo lo hizo hace cinco años - advirtió.
Ikuko procedió a contarle a Darien cómo estaba Serena cuándo rompieron, la forma en qué parecía cómo sí el mundo se había acabado, a veces no podía comer y por un tiempo parecía qué había perdido las ganas de seguir viviendo, la culpa de apoderó de Darien cuándo escuchó eso, sintió cómo sí una mano le apretaba el corazón.
-Prometo nunca más hacerla llorar a menos qué sean lágrimas de felicidad - declaró Darien.
-Confío en tí Darien, cómo has dicho qué amas a mí hija la dejaré en tus manos, cuidala, amala y se considerado, eso es todo lo qué te pido - suplicó Ikuko.
-Dedicaré mí vida a hacerla feliz - prometió Darien, cuándo regresaron al interior de la mansión Serena llevó a Darien a un lado y preguntó.
-¿De qué hablaste con mí madre? - dijo Serena.
-Es un secreto pastelito - respondió Darien.
-¿En serio? ¿Estamos guardando secretos ahora? - Serena cuestionó, Darien sacudió la cabeza y le tomó la mano, se lo llevó a los labios y los besó mientras decía.
-Estaba pidiendo perdón por lastimarte y asegurándole qué cuidaré de tí - los labios de Serena se curvaron en una sonrisa mientras lo miraba.
-Por mucho qué te amo por hacer esto, no necesitas seguir disculpándote por el pasado cariño, ya te he perdonado - comentó Serena.
-Lo sé pero tu madre también resultó herida, una madre se sentiría herida sí su hijo sufriera, necesitaba disculparme por eso - respondió Darien.
Los ojos de Serena brillaron, envolvió sus brazos alrededor del cuello de Darien y se puso de puntilla para besarle los labios, Serena lo miró a los ojos.
-¿Qué hice para merecerte? - preguntó Serena, Darien rodeó la cintura de Serena con sus brazos, Darien sintió cálidamente.
-No necesitabas hacer nada más qué ser tú, soy yo quién te agradece por aceptarme de regreso por qué se qué no te merezco, estar contigo... Al tenerte en mís brazos así me siento muy contento y feliz - respondió Darien.
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CONFLICTO DE INTERESES
AcakAmar sín esperar nada a cambio era todo lo qué ella terminó haciendo ¿Pero qué pasa cuándo te das cuenta qué no es nutuo? Amar sín ser amada puede ser tan desgarrador y doloroso ¿Pero qué pasa cuándo llegas acomplejarte? Pregúntate qué hiciste mal y...