Encima brincando

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Fuera de todo lugar está
lo que hacemos cuando nos vemos
en mi cama o en la tuya
a diario sin jamás detenernos.

Hablamos bien de cómo se siente
cuando estás encima de mí brincando,
yo por todo tu interior pude conocerte,
de tanto moverte a los lados y arriba y abajo.

Noches de sexo y lujuria
me provocan tales orgasmos
que te juro, jamás tuve con ninguna.
Obsesionado estoy con sentirte brincando.

Encima de mí tú brincando,
hacia adelante y hacia atrás,
hacia un lado y otro lado,
en círculos, arriba y abajo.

Ni siquiera me dejas besarte,
solo quieres así matarme,
poniéndote encima y brincando
hasta que no pueda controlarme.

Intento levantar la cabeza,
separarla un poco de la cama,
pero encima brincas con más fuerza
y no puedo sino aferrarme a tus nalgas.

Tratando de llevar mi boca
a esos hermosos y suaves pechos
de los que no me permites probar,
pues tocan mi boca, pero nunca dentro.

Mis manos sí pueden disfrutar
del placer que es palparlos,
de cómo se siente tenerte encima
y poder tus senos tener en mis manos.

Así más gimes, más gritas,
así oigo como te desgañitas
del placer de saltar sobre mi miembro;
noto cómo encima de mí te agitas.

Te sientas antes de erguirse
y una vez se erige,
tú sola empiezas a rebotar,
como una potra cabalgando libre.

Encima de mí cabalgas
como si de un animal se tratara,
pero mira debajo, en mí estás sentada,
entre tus piernas, me tienes a mí en una cama.

Aunque no me visualizas,
porque cierras los ojos del placer,
hasta que al orgasmo llegamos a la vez,
que los abres y pones en blanco mientras gritas.

Así es como te excita,
porque sé que te encanta
tenerme dentro y brincarme encima
mientras te agarro y te azoto las nalgas.

La montaña de la lujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora