Anticristiano

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Tú ya me conoces,
sabes cómo soy,
sabes cómo me pones
y lo que te haría ayer y hoy.

Bueno, quizás también mañana,
no creo en dioses ni religiones,
cultura para ignorantes es la religión
y quiero hacerte cosas anticristianas.

La ropa te la quiero arrancar,
que un acto del diablo parecerá,
que esto lo haya ideado Satanás,
pero seremos nosotros con ganas de pecar.

Quiero volver a entrar
en ese templo entre tus piernas,
el cual solo para mí abre sus puertas
porque no lo haces con nadie más.

El único hombre al que besas
y que no quieres que separe las manos
de tu cuerpo, mientras te calienta.
Ese soy yo, haciendo algo anticristiano.

Pervertido es este juego
que tú y yo en privado tenemos
que para los creyentes no es bueno,
pero qué bien se siente contigo el sexo.

Te encanta agarrar mis manos
que pegadas a tus senos los sujetan
mientras embisto, con furia arremetiendo
a la vez que te tiemblan las nalgas y las piernas.

Y eso que no es lo mejor que tenemos,
sino que mejor es cuando terminamos,
cuando el orgasmo a la vez sentimos
mientras los vecinos están escandalizados.

Escandalizados por los gemidos
que tú y yo tan intensamente soltamos,
porque suenan como tan fuertes berridos
que se sienten como rituales anticristianos.

La montaña de la lujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora