Sus juegos

0 0 0
                                    

Con ella yo estaba
jugando envuelto sin ropa,
donde más nos gusta, en la cama,
haciéndola volverse loca.

Oh, cómo gritaba,
aun siendo cosa suya,
porque estos son sus juegos,
los de matarnos en la cama.

Chocando como animales,
ella y yo continuamente,
sin las manos soltarnos;
me encanta cómo ella sabe.

El sabor de su piel, de su cuerpo
también era parte de sus juegos,
pues me provoca para que caiga en ellos,
porque le gusta sentirme dentro.

Y a mí también me gusta entrar,
salir y rozarnos y tocarnos sin parar
mientras arremeto como un animal,
como si nos fuéramos a matar.

Con los ojos en blanco queda
cuando la embisto con fuerza
mientras acaricio su piel de seda;
es a eso a lo que conmigo juega.

Y aunque esos son sus juegos
ella pega esos gemidos tan intensos,
tras pedirme que esté entre sus piernas
y la haga gritar, tocándola por fuera y por dentro.

Estamos adictos a comernos,
al principio no era tan frecuente,
ahora todo el tiempo disfrutamos del sexo,
porque esos son sus juegos.

En todas las poses oigo sus gemidos,
día y noche gritando conmigo,
porque en eso consisten sus juegos,
en que su calentura se va cuando con ella culmino.

La montaña de la lujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora