Química en cama

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Desde que terminó de trabajar
ella volvió a mi lado
y ahora no nos separamos
ni para la casa decorar.

El otro día puse el árbol
y no nos podíamos separar,
ni nuestros labios ni manos,
ni las caderas pudimos alejar.

Hay tanta química en la cama
que canción de Rauw dos catorce,
o quizás con Anuel el reloj parecía,
porque el día completo quiere que sea su hombre.

Y dentro de ella a mí me quiere,
no terminamos ni de decorar
la casa acercándose la Navidad,
porque con ganas de pecar estamos siempre.

Siendo ella mía
y pasando dentro todo el día
no acabamos de adornar
la casa suya ni la mía.

No sé de nosotros qué sería
sin esa química en la cama
que tenemos para que cada día
la calentura nos distraiga.

Llámalo deseo o lujuria,
llámalo calor o calentura,
pero absurdo es ocultar
que nuestra química es única.

Y que en la cama nos matamos,
a diario ella y yo chocando
mientras nuestros cuerpos abrazamos
para rebotar y no separarnos.

Lo hacemos a la vez,
por la química que tenemos,
que si supieras lo mágica que es,
seguro tú también quisieras que así fuera el sexo.

La montaña de la lujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora