Joven pero experta

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Madre casada joven y con hijos,
pero yo conseguí que deje a su marido
por alguien a quien realmente ama;
ella deseaba esto conmigo.

Es joven pero experta,
peligrosa, una portenta,
en la cama, repito, experta,
una diosa de las que no quedan.

Es un placer oír cómo ella grita
cuando se pone a cabalgarme encima,
o cuando clava sus uñas en las sábanas,
conmigo detrás oyendo cómo se desgañita.

No nos llevamos muchos años,
no tantos como con otras,
pero aun así, si comparamos,
ella haciéndolo sería mi campeona.

Porque ella es la que me quiere dentro
pero que culmine encima;
la que me mata con su cuerpo,
aunque al mío le da vida.

Muerto en vida estoy por sus senos,
por cómo los agarro y aprieto
mientras detrás de ella sigo embistiendo
para sentir el orgasmo más placentero.

Esas nalgas que ella tiene
no son implantes o de gimnasio;
ella es así naturalmente;
eso demuestra que de seducción tiene poderes.

No sé cómo definir esa experiencia
ni cómo de loco me tiene,
pero cada vez que nos vemos es un mata y muere;
pues retozar es nuestra guerra, falta de clemencia.

En la intimidad se hace,
como dijo Raúl Clyde lo que ella sabe;
ella sabe lo que hace y quiere haciendo el amor
para que lleguemos al climax ella y yo.

Porque aunque los dos seamos jóvenes,
es ella la que tiene la experiencia;
la que me mata para que sea su hombre
y la que en la cama me manda a la guerra.

La montaña de la lujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora