C A P I T U L O | 38

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19 diciembre 2019
Sierra de Badiraguato, Sinaloa





















pov Alexa





















El rancho se había vuelto un desastre desde hace dos días, las personas de la decoración habían comenzado a montar todo lo que se ocuparía.

Mesas, templetes, sillas, tarimas, bocinas, flores, telas y demás se miraban por donde caminarás. La seguridad había aumentado un 80% más de lo común, mis tres roomies habían tratado de salir lo menos posible de la casa por su seguridad.

Ya se acercaba la hora en que conoceríamos al fin el sexo de mi bebé, estaba emocionada y con muchos nervios.

Me levanté del mini sofá que tenía el tocador después de retocar un poco el labial que Sarahí había aplicado en la mañana cuando vino a maquillarme.

Acomode la ropa de Ovidio - revisando antes que su camisa estuviera bien planchada - y mía en la pequeña isla que había dentro del clóset, el agua de la ducha se escuchaba por debajo del sonido de la música que se reproducía de la televisión.

- Amor - grité - ¿Ya vas a salir?

- Siii, ya voy

- Okey

Saque los tacones de su cubre polvo y los acomodé aún lado, según ya era todo lo que necesitábamos para vestirnos pero al dar una última vista me di cuenta que hacían faltan los zapatos de Ovidio y no sabía que cual se iba a poner.

Iba a volver a gritarle pero cuando me di vuelta el ya venía saliendo del baño. Traía la toalla enredada en su cintura y gotas de agua escurrían por su pecho y abdomen.

Todo eso me estaba comiendo.

- ¿Que tenis te vas a poner? - pregunté

- Los Dior - se acercó y besó mis labios cortamente - ¿Cuales me había sacado? -

- Ninguno no sabía cuáles querías ponerte, nomás te acomodé la ropa

En lo que Ovidio se cambiaba saque la caja de sus tenis y la dejé sobre la isla. Nos vestimos con la música llenando el silencio de la habitación, los dos estábamos nerviosos.

El día de ayer nos habían dado en un papelito el sexo del bebé y hoy ya sería la revelación, ambos estábamos agusto con lo que fuera, niño o niña, mientras viniera bien de salud no nos molestaba lo que fuera.

Aunque algo en mi sabía que Ovidio deseaba una niña, una princesita pero también quería su Junior con todas su fuerzas.

Estaba en un dilema que hasta una vez me dijo que deseaba que fueran gemelos y el otro bebé estuviera escondido detrás del otro.

Cuando estuvimos listos bajamos pues ya iba hacer hora en que los invitados empezaran a llegar. Ya quería ver cómo había quedado toda la decoración, sabía cual era la idea que Ovidio y yo habíamos decidido pero verlo echo realidad iba hacer diferente.

Ovidio entrelazó nuestras manos antes de salir, nos volteamos a ver, sonreímos y abrió con su mano libre la puerta corrediza.

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