15 agosto 2019
Rancho de Iván. Sierra de Badiraguato, Sinaloa
pov Alexa
Para nuestra sorpresa la fiesta que Ivan tenía pensado hacer se cancelo. De un de repente dijo que sólo quería familia y unos cuantos amigos más allegados a la familia.
Claro que nos sorprendió pues iba hacer en grande como según el había dicho, a todos se nos hizo raro cuando lo platicó pero nadie comentó nada, solo salió un esta bien por parte de todos.
¿Porque Ivan había decidido esto? Si ya tenía todo planeado, ¿Porque de última hora?
Esto era tan raro, algo en mi lo sentía. También había notado que la seguridad de todos había aumentado, ya no eran de dos a tres camionetas las que estaban detrás de nosotros cuando salíamos.
El alrededor del rancho estaba lleno de hombre, por las paredes, en las entradas, en los techos francotiradores - que por palabras de Ovidio tenían permiso de disparar - los anillos de seguridad habían aumentado a cinco.
Hace unos 20 minutos habíamos llegado al rancho de Archivado aquí en Badiraguato. Alrededor de la palapa había unos cuantos puestos de Snacks y también de tacos y hot dog.
En el centro unas cuatro mesas solamente. Nada de muchos grupos en vivo, gente que no conocía, carros llenando los alrededores.
Iván me había pedido que me encargara de una pequeña decoración para el pastel, porque si a Iván le gustaba ser el centro de atención y que le cantaran las mañanitas. Raro. A nadie le gusta que nos canten las mañanitas.
Poco a poco comenzaron a llenarse las cuatro mesas. Las hermanas de los Chapitos llegaron al igual que los Zambada.
Todos platicábamos y reíamos de las travesuras que contaban Doña Alejandrina y Doña Chayito de sus hijos.
- Se acuerda comadre cuando estos hijos de la chingada nos escondieron al Serafin y al Ovidio
- Estaban plebillos esos dos por eso les hacían lo querían - se rio Doña Griselda
Ah porque si, estaban las dos ex-esposas de Don Joaquín, aquí, conviviendo.
- Duraron más de una hora perdidos en el monte - contaba Doña Chayito - Ismael y Joaquín se estaban volviendo locos porque nadie los haya, hasta que llegaron solos todos raspados con sangre
- Esa vez fue idea de Edgar - hablo Vicente defendiéndose
- Pero bien que le siguieron la cura pa' hacer la avería
- Nos convenció y fuimos a dejarlos al lado de cerco, no fue nuestra culpa que estos dos - apuntó Ivan a Serafin y Ovidio, quien estaba sentado por un lado de mi - Se fueran a meter al monte
- Eran unos niños de cinco años Ivan, claro que se iban a meter para aya - defendió su mamá - Todavia llegaron llorando y ustedes cabrones nomás se rieron de ellos
- Desde entonces hemos sido el blanco sus de bromitas - dijo Serafin lamentándose haciendo puchero
Todos soltamos una carcajada por su comentario.
