C A P I T U L O | 36

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05 diciembre 2019
Saint-Tropez, Francia




















pov Alexa






















Vi a Ovidio acurrucado en la cama de la pequeña habitación, se había quedado dormido después de bañarse y de cambiarse - a excepción de la camisa y sus tenis - estaba tapado con una pequeña frazada sobre su pecho y sus pies doblados.

Suspiro entre sueños para después darse la vuelta en la cama, su semblante era tranquilo y calmado. Sabía que las cosas con el cartel no estaba bien pues ayer por la noche habían tenido una vídeollamada con Vicente y Don Mayo, donde estuvieron todos encerrados en la oficina durante horas.

No habían comentado nada pero el que todos se alejaran y hablaran por teléfono durante la tarde daba señales a ello, más que nada que Iván haya aumentado la seguridad de todos aquí y de la familia que estaba en Culiacán.

Me puse de espalda frente al espejo y vi mi espalda por la abertura que el vestido tenía en esta, las cicatrices que había cubrido durante el último mes eran visibles y no me gustaba para nada.

Se notaban mucho, con mis dedos las toqué - las que estaban a mi alcance - se sentía mi piel aún sensible, unas que otras estaban algo levantadas, mi espalda me daba asco de solo verlas.

No sabía cómo Ovidio había podido verlas cuando estaba tenido sexo conmigo si era algo horrible de ver, solo me traían recuerdos de todo lo que me hicieron encerrada, de esos días en agonía y desespero. Donde solo pedía que me sacaran de ahí.

Decidida baje el pequeño cierre de la espalda baja para quitarme el vestido y ponerme otro, pues este ya no me gustaba como cuando lo había tomado.

Pero sus manos detuvieron mis planes, lo vi detrás de mi, no había escuchado cuando se había despertado y levantado de la cama.

- No - sus dedos pasaron por mis cicatrices con delicadeza - Se le ve hermoso amor

- Se ven todas las cicatrices, no me eches mentiras

- No le estoy hechando mentiras, es la verdad - acercó su cuerpo el mío - Cada una de estas cicatrices demuestra lo fuerte y valiente que fue, por todo lo que pasó y que aún así está aquí conmigo y que nuestro bebesito sigue aferrándose a nosotros

Sus labios empezaron a repartir besos desde mi cuello hasta cada una de esas cicatrices.

- Me dan vergüenza - suspiré al admitir lo que había estado ocultado - Que las miren con asco o que me miren a mi con lástima

- Solo usted sabe por todo lo que pasó y porque están ellas aquí, no tiene que importarle lo que los demás piensen de ellas

Nuestros ojos se conectaron por el espejo, nos mirábamos uno al otro, una sonrisa aparecía en su cara, sus ojos brillan y sabía que los míos también.

Estaba enamorada hasta los huesos de este hombre.

- Ámelas como yo las amo a ellas, como la amo a usted y como amo a nuestro hijo - su mano bajo hasta mi vientre que estos últimos días era más notorio cuando me ponía de lado

anyone| OGL |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora