13 octubre 2019
Monte-Carlo, Mónaco
pov Alexa
Las fotos seguían llegando a mi teléfono, a nadie le había dicho que estas continuaban entrado an mis mensajes. Había pasado noches en vela llorando al verlo con esa bebé y mujer.
Había intentado de mil maneras comunicarme conmigo al según el no entender el porqué cuernuda, era un idiota, ahora resulta que no sabía.
Serafín intentaba hablar lo menos posible de lo que había ocurrido al igual que Pame pues mi madre y la de él no sabían lo que él Guzmán menor había estado haciendo.
Y lo prefería así, guardarlo por un tiempo aunque sabía que no era lo correcto. Los mensajes de Iván, Alfredo, Nestor y Vicente llegaban continuamente todos preguntaban lo mismo, pero a ninguno le respondía.
Miraba las fotos, acercándolas y alejándolas, sabía que ya estaba llorando.
Pensé que esta vez las cosas con el serían diferente pero me equivoqué, una vez más me había equivocado.
¿Es que acaso no era suficiente?
¿No era lo que el buscaba?
¿Todos sus te amo habían sido sinceros?
Solo le bastó menos de tres días que me mando lejos y se fue con otra.
Dejé el teléfono en la cama, pasé mi brazo debajo de la almohada y me abracé a ella, en esta se formaba un pequeño círculo de mis lágrimas, intentaba que mis sollozos fueran lo más silenciosos posibles.
Tenía la mirada perdida en el ventanal con dirección al mar.
En Mónaco llorando por un idiota, bravo Alexa.
Pensaba en todos los momentos que habíamos pasados juntos, los buenos y malos, nuestras risas y discusiones, como después de pelearnos no durábamos mas cinco segundos enojados cuando ya estábamos besándonos y pidiéndonos perdón.
flashback
Salí de la cocina para después sentarme en la sala con los brazos cruzados.
- Amor - me llamo poniéndose enfrente de mi - Hágame caso pues - continué ignorándolo - Plebita berrinchuda - susurro
Quiso tomar mi cara entre sus manos pero la voltee impidiéndoselo.
- Chula no puede enojarse por esa tontería - asentí - Como se me va a poner así porque me comí su nieve de fresa y pastel de La Marque
- Claro que si porque anoche te dije que no te lo comieras Ovidio - reclamé - Te dije que era mío, nunca me haces caso parece que hablo con la pared - hice un puchero y comenzó a reírse - ¡No te ríaaas! - patalee como niña chiquita
- Ya corazón no se me ponga así, le voy a comprar otro - intentó abrazarme
- No, haste para aya, no te me acerques - puse mis manos enfrente para que no se acercara
Pero el las tomó con fuerza haciendo así que me pegara a su pecho y me abrazó. Repartió besos por toda mi cara mientras yo intentaba separarlo de mi.
- Déjame - manotee - ¡Ovidio!
- Ya no sea berrinchuda, ahorita le mando a traer dos litros de nieve y mas pastelitos de La Marque pa' usted sola
