+1801 diciembre 2019
Monte-Carlo, Mónacopov Alexa
Bajé con mucho cuidado las escaleras, después de un visita rápida del doctor aquí en nuestra casa me dio el alta y al fin puedo volver a caminar y hacer mis actividades por misma. De hecho el 18 de este mes cumplo los cuatro meses por lo que programamos un cita para que nos den el sexo del bebé pero claro que vendría escrito en una hoja pues Ovidio y yo queríamos hacer un gender revel.
De hecho a él lo estaba buscado había bajado algo temprano - más de lo normal - esperé que regresara a la habitación pero no lo hizo y el silencio total que había en toda la casa se me hacía muy extraño.
Ninguno de los plebes había ido al cuarto, no los había escuchado bajar escaleras ni siquiera escucharlos hablar, algo raro pues ya eran cerca de las 11 de la mañana y ellos para esta hora ya traían la casa en una revolución y más ahora que ya somos mas.
La sala está escueta al igual que la cocina, me asomé al jardín delantero y tampoco había nadie, el patio estaba igual, como también la zona de la alberca y la pequeña terraza. No fue hasta que me fijé en la cochera que vi que hacían falta alguno carros en esta por lo que suponía habían salido. Los único carros que estaban aquí eran los de Ovidio.
Camine con la intención de regresar a la habitación a seguir durmiendo pues el sueño era más que mis ganas de estar despierta pero el ruido de algo cayendo al piso me detuvo, venía desde una de las habitaciones del final del pasillo.
Con duda avancé por todo el pasillo y vi la puerta del gimnasio que había en la casa abierta. Me asomé y Ovidio estaba sentado en una banca tomando agua con pesas a su lado, así que lo que había hecho el ruido era el al a ver dejado caer las pesas.
Me recargué en el marco de la puerta y me puse a observarlo. El sudor corría por su frente al igual que caía desde su cuello hasta el pecho y por sus brazos. Su camisa de resaque estaba algo mojada de este.
No me había notado ni sentido mi mirada en él, recorriéndolo por completo pues volvió a tomar las pesas en sus manos y comenzó a levantarlas, estuvo así durante varios minutos hasta que me miró por el espejo. Una sonrisa se formó en su rostro al verme.
Dejo las pesas en el piso al terminar su serie y volvió a sentarse en la banca, camine hasta donde estaba y tomo mi mano para después sentarme en su regazo.
- Buenos días amor - sus manos tomaron mi cintura para después dejar un pequeño beso en mi labios
- Buenos días cariño - acomodé los pequeños mechones de cabello que tenía pegados en su frente a causa del sudor - ¿Dónde están todos?
- Salieron a desayunar y pasear - tomó una toalla que tenía al lado y se secó el sudor - Se llevaron a sus hermanos y papá a conocer y antes que pregunte no la quisieron despertar porque iban a caminar mucho y es demasiado pronto para que ande de aquí para aya
- Mmh no dejan que haga nada
Estaba cansada y harta de estar solamente acostada y con todos llevándome de aquí y haya en sus brazos para que no hiciera esfuerzo alguno.