14 julio 2019
Restaurante Porfirios, Culiacán, Sinaloa
pov Alexa
Hace un rato había empezado la música tipo antro en el restaurante por lo que ya llevamos varios vasos de whiskey y demás bebidas.
Al fin había podido ver a todos mis amigos. En total éramos unos 15. Entre amigos de la uni, de la prepa y que fuimos conociendo por gente en común. Aunque no todos nos confiamos antes supimos acóplanos y formamos una linda amistad.
Bailamos alrededor de la mesa, cantando y bebiendo. Verdaderamente extrañaba esto. Salir y divertirme como nunca.
Me sentía peda pero no al punto de hacer cosas que después me arrepentiría. Lo que si es que ya no podría manejar hasta el rancho como estaba, pero no me preocupaba porque sabía que afuera estaban el Chivo y el Zorro, además de otra camioneta que mando Serafin, cuidándome por lo que me iría con uno de ellos y que otro se llevara mi carro.
Quería poder olvidarme de todo lo que había pasado esta mitad de mes, mi "casi levantamiento" - como lo llamaron los plebes - el accidente de Ovidio, las peleas y diferencias que tuve con el. El no poder salir del rancho por el miedo. Simplemente de todo y lo estaba logrando.
- Pa' remplazar al perro que no la valora, quiere aprovechar que está más buena y más de moda - cantamos frente al teléfono de Aby, una amiga de la prepa - Empezó a meterle al gym desde que quedó sola pero es ella misma queriendo salir del daño
Bebí de mi vaso que acaban de servirme los plebes, ya no sabía si era tequila, whiskey o lo que sea. Solo me lo tome, confiaba en ellos pues todos éramos hijos de, o familia de. Además de que si todos llegamos juntos todos nos íbamos juntos.
- Quiere salir, fumar, beber, subir un vídeo pa' que lo vea él, pa' que se de cuenta de lo que perdió pa' que el hijuepu se sienta peor
Sin pensarla y dudarla subí el vídeo que me había tomado a mis historias de Instagram.
Vi cómo llegó otra botella más a la mesa, aquí se rompe la promesa de llegar temprano a llegar rancho de Iván.
(...)
Eran cerca de las tres de la mañana cuando salimos todos del Porfirios, pagamos la cuenta entre todos pues todos tomamos como nunca.
Llevaba entrelazado mi brazo con el de Pame, nos acercamos donde estaban los carro de todos formando una ruedita.
- Yo opinó we que vayamos a cenar - dijo Javier
- Neta si pa' bajar avión
- Un menudo me caería del cielo
- Pues vamos - les conteste
Nos pusimos de acuerdo como nos íbamos a ir ya que no todos traían su carro. Aby, Pame y Grecia ya se iban a subir a mi carro pero negué con la cabeza.
- En aquella - apunte la Cadillac de los plebes y todos se me quedaron viendo sorprendidas.
Un pequeño detalle, nadie de ellos sabían nada de lo que había pasado, solo Pame pero no se esperaba que me estuvieran cuidando.
Caminamos hasta la camioneta para subirnos, los plebes ya nos habían visto cuando salimos por lo que estaban abajo esperando.
- ¿Pal' donde le damos? - preguntó el Chivo
