Naruto estaba recostado, cubierto por completo entre las cobijas, llevaba un par de días así, levantándose solo una o dos veces al día cuando tenía hambre. Perdido en el tiempo, sin saber cuántos días habían pasado, ni siquiera era consciente si era de día o de noche.
Solo quería dormir para dejar de pensar, pero no podía hacerlo, aún estaba marcado por todo lo que pasó.
Escuchó una notificación de su celular el cual tomó sin muchas ganas para revisar. Era un mensaje de Sasuke.
"Feliz cumpleaños, recuérdame darte tu regalo cuando nos veamos".
¿Su cumpleaños?
Reviso la fecha. 10 de octubre.
Otra vez la notificación sonó, esta vez era Kurenai.
"Feliz cumpleaños Naruto, estoy trabajando en una cafetería, pasa por un pastel cuando tengas tiempo".
Metió su celular bajo la almohada y cerró los ojos, el día al fin había llegado, y a pesar de haber ofrecido su alma a cambio no tenía ni un amigo para celebrarlo; aunque en ese momento realmente no le importaba mucho no tener un amigo, con que Kakashi estuviera a su lado sería más que suficiente, pero seguía sin aparecer.
Escuchó un par de golpes en la puerta, era extraño; en todo el tiempo que llevaba ahí Orochimaru no lo molesto en absoluto. Cuando tenía hambre solo iba a la cocina y la comida ya estaba lista, si quería pasársela todo el día durmiendo no lo molestaba. Ahora que lo pensaba, apenas si habían cruzado palabras, cuando Orochimaru le preguntó por Kakashi, pero Naruto ni siquiera respondió, solo agacho la cabeza y eso fue suficiente para que el profesor no insistiera. La verdad agradecía demasiado el espacio que le estaba dando, entonces ¿qué quería ahora?
Dio un par de golpes más al no obtener respuesta.
—Naruto, si estás despierto arréglate, vamos a salir —dijo con su habitual voz rasposa.
El rubio sacó la cabeza de entre las cobijas, ¿qué planeaba el profesor?
Estaba en su casa así que se sintió con la obligación de obedecer. Se arregló un poco y caminó hacia el primer piso, Orochimaru casi siempre estaba en la sala, y en efecto, ahí lo encontró.
—Ya estoy listo, ¿a dónde vamos? —preguntó el chico con curiosidad.
—A hacer unas compras —Orochimaru tomó las llaves de su auto y se dirigió a la salida.
Naruto fue tras de él sin replicar, el profesor lo estaba dejando quedarse en su casa, lo mínimo que podía hacer era obedecerlo y ayudarlo con lo que pudiera.
El trayecto fue en silencio, pero Naruto ya estaba acostumbrado, la casa de Orochimaru normalmente lo era, y con el estado de ánimo en el que se encontraba no le molestaba.
Orochimaru avanzaba al frente seleccionando cosas por el supermercado mientras Naruto iba empujando el carrito; a lo lejos vio la zona de congeladores, ¿debería comprar un helado para cuando Kakashi vuelva?
Soltó un suspiro y bajó la mirada, todos sus pensamientos lo llevaban a él.
—¿Cuál es tu sabor favorito? —preguntó Orochimaru.
—Oh, pues no tengo un favorito, me gusta cualquier cosa que sea muy dulce —respondió Naruto sin prestarle mucha atención.
—Bien —Orochimaru puso algo más en el carrito. —Vamos ya a pagar.
Naruto asintió para avanzar viendo de reojo los helados. —Espere, ¿puedo llevar algo extra? —preguntó de forma tímida, se sentía un poco extraño haciéndole esas peticiones a su profesor.
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Mi alma, mi decisión
General FictionDesde hace mucho se rumorean los famosos "pactos con demonios" para ofrecer tu alma a cambio de lo que desees. Fama, riqueza, fortuna, poder, cualquier cosa. Pero Naruto solo quiere un amigo, y el demonio Kakashi esta dispuesto a darle lo que desee...