22.-Psicosis

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—Solo sigue otro poco Gaara, ya falta casi nada, recuerda que el señor estará muy agradecido contigo una vez que este hecho —indicaba Obito a un costado del pelirrojo.

—Deja de mentirle, para que me puedan exorcizar deberías tener algo muy importante, de otra forma no lograran nada —dijo Kakashi viéndolo de forma retadora, solo debía soportar otro poco a que logrará librarse de eso o que alguien llegará a su rescate, no había forma de que Obito tuviera lo necesario para exorcizarlo.

—Te dije que no deberías subestimarnos asqueroso incubo, o debería llamarte "Kakashi Hatake" —habló Obito en un tono de superioridad sosteniendo un papel en la mano.

Los ojos del demonio se abrieron con sorpresa, escuchar su nombre completo solo podía significar su fin.

—Pero...no, es imposible que tú lo sepas —murmuró Kakashi aterrado.

—Por lo visto tu existencia es tan desagradable que no te quieren, ni en el cielo, ni en el infierno —mencionó Obito.

Mientras Gaara seguía leyendo aquellas santas escrituras en latín, la mente de Kakashi se concentraba en intentar descifrar cómo fue que Obito lo obtuvo. ¿Acaso lo traicionaron? No, Yamato nunca le haría algo así, Naruto menos, debía haber sido de otra forma. Quizá lo escucho cuando se lo dijo a Naruto, ¿había sido así de descuidado? O quizá... Jiraiya.

—Poenitentiam agite —dijo Gaara con una voz firme mientras Obito le entregaba el papel con el nombre de Kakashi, para dar inicio a la oración que le pondría fin al demonio.

Kakashi se había resignado, ya no tenía esperanzas de ser salvado, sólo cerró sus ojos pensando, ¿de qué podría arrepentirse? Probablemente de toda su existencia.

En esa "segunda vida" que llevo como demonio, no había logrado nada. Tuvo una miserable existencia al igual que su vida humana, al menos eso pensaba hasta el brillante rostro de Naruto se hizo presente entre sus pensamientos, si tenía algo de lo que arrepentirse y eso era no poder hacer feliz al rubio.

Ahora no quería irse, quería estar con Naruto más tiempo; había sido un idiota al intentar alejarlo, no quería eso, se arrepentía por actuar de esa manera, debía hacerlo feliz y falló por ser egoísta al pensar solo en sus deseos, si él pudiera intercambiar su alma por un deseo, elegiría una tranquila vida junto a él no estaba seguro de si eso era egoísta o no, pero si sabia que quería ser feliz, y su felicidad era estar con Naruto.

—In nomine domini, expello vos Kakashi Hata-

Un par de golpes a la puerta interrumpieron a Gaara.

—Sigue, ¡no te detengas! —gritó Obito.

Sasuke golpeaba la perilla de la puerta con un extintor, su brazo todavía le causaba molestias, aun así reunió toda su fuerza en un golpe que abrió la puerta.

— ¡Kakashi! —gritó Naruto entrando primero, sin dudar en lanzarse a abrazar el cuerpo inerte del demonio.

—¡No, no! ¡No interrumpan mi sesión! —gritó Gaara molestó. —In nomine domini, expello vos Kakashi Hata-

Sasuke activó el extintor rociando el lugar, provocando que el pelirrojo no pudiera continuar. —¡Saca a Kakashi de aquí! —indicó a Naruto.

—¡Naruto, no! Escúchame, soy tu ángel de la guarda, recuerda yo solo quiero lo mejor para ti—decía Obito acercándose al rubio. —Deja que terminemos con esto, así tu alma seguirá siendo pura y podrás ascender al cielo, a donde perteneces.

—No, ¡aléjate de nosotros! —Naruto sujeto con fuerza el cuerpo de Kakashi para cargarlo sobre su hombro y salió del lugar.

—¡Espera, Naruto! —gritó Obito.

Mi alma, mi decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora