Nebulosa estelar

730 64 87
                                    

En la entrada del circo más lujoso del anillo de la Pereza, Octavia y Blitz se señalaron el uno al otro y miraron a Stolas con ganas de gritarle muchas maldiciones.

—¿Por qué no me dijiste que vendría?! —exclamaron al unísono—¡ME HUBIERA REHUSADO! —gritaron de nuevo totalmente sincronizados.

Stolas les sonrió en aprietos y supo que su decisión no fue muy acertada cuando los dos se comenzaron a mirar como si quisieran sacarse los ojos. Octavia, la hija de Stolas, tenía sus razones. Blitz simplemente percibía que era odiado por ella y que sería un día muy incómodo por su culpa.

—De hecho, quería tener una conversación amena y muy calmada con ustedes y no me pareció tan mala idea que fuera aquí —explicó el príncipe intentando que la situación no fuera tan desastrosa para nadie, tenía que ser un intermediario perfecto para que no pelearan—. Paralelamente, los dos estaban emocionados por conocer el circo privado de Pereza. Entonces...

—No tienes idea de lo que me dicen en la escuela por esto —lo interrumpió su hija al acercarse a él y al señalar a Blitz sin dudarlo—, ¿sabes que tus videos con este tipo están en todo el internet?

Blitz y Stolas se miraron entre si igual de incómodos. Se sobrepasaron mucho con lo que hicieron y no pensaron en las consecuencias, de hecho pensaron con la verga y de allí radicaba el problema. Estaban avergonzandos por igual. Stolas no sé preocupaba por el resto de su familia, solo por su hija. Y fue muy desconsiderado y descuidado al dejarse llevar por sus pasionales emociones en esa ocasión.

—Al final si te quedaste con el idiota que arruinó toda nuestra familia —Via volvió a señalar al imp, quien torció una mueca ofendida al escucharla—. ¿Pero sabes qué es lo que más me molesta, papá? Que es un imbécil. Y sabes que es un imbécil porque todo este tiempo ha actuado como un imbécil y aún así, lo eliges —ella estaba muy indignada y ya no era por las burlas o lo que fuera, era porque pensaba que su padre se estaba arruinando la vida con Blitz—. Solo quiero abrirte los ojos, ¿cómo puedes estar con semejante tarado sin responsabilidad afectiva?

—La niña me hace sentir incómodo, Stolas —Blitz caminó hacia su pareja, se ocultó detrás de su espalda y la miró mal—. Ayuda, ayuda, Stolas. Está siendo muy grosera conmigo.

—¿Lo ves? Actúa como un niñato idiota solo para joderme —le reclamó Octavia nuevamente a su padre, mientras Blitz rodaba los ojos y se mantenía detrás del príncipe aferrándose a su ropa.

—Stolas, me está insultando, haz algo —actuó como si la chica no estuviera presente y aquello solo provocó que Via se pusiera más rabiosa.

Stolas se hartó por la forma ridícula en la que se comportaban y decidió ser el adulto. Se alejó de ambos y, entonces, comenzó el sermón.

—¡Basta! Ustedes dos son las personas que más amo en todo el mundo y son lo más valioso que tengo —se preocupó por la convivencia que tendrían ese día y en el futuro, tenía que hacer que las cosas funcionaran y ese era el primer paso—. Y en serio quiero que se lleven bien, quiero que lo hagan por mi, ¿podrían intentarlo hoy? Solo hoy.

Stolas se los pidió en serio. No planeaba sacar de su vida a ninguno de los dos. Su hija era lo más importante, pero Blitz también. Amaba a Blitz como hombre y no se iba a colocar en el horrible lugar de tener que elegir entre ambos si todo se podía arreglar conversando como demonios civilizados. Así que debían tolerarse, incluso pensaba que podrían llevarse bien si dejaban sus prejuicios de lado.

Se apartó de la entrada, ingresó al circo con una expresión estresada y cruzado de brazos. Los dejó solos a propósito para que hablasen entre si. Sabía que podían manejarlo a su manera y necesitaban esos minutos a solas para llegar a un acuerdo sin su intervención.

You are loving Donde viven las historias. Descúbrelo ahora