23- Percy

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—Es impresionante —exclamó mi hermana mirando el artefacto que hacía Leo.

Durante esta semana, Leo pasaba casi toda la tarde con nosotros en la cabaña y mi hermana había estado enamorándose de cada invento, era como una madre orgullosa.

—Algo así, le faltan todavía unos retoques —dijo Leo observando su creación, era un espejo de mano o eso aparentaba.

Cerré mi libro y me acerqué a ellos en el suelo, el pequeño objeto podía indicar con el tacto tus sentimientos, era un proyecto que había hecho para la cabaña de Afrodita.

—Enciendelo —incitó. Leo prendió el objeto y lo tomó.

Empezó a brillar hasta quedar en un color azul cielo.

—Funciona —gritaron emocionados.
—¿Para qué quieren eso? —cuestioné.
—No tengo ni idea, pero ganaré mucho con esto —dijo y se lo puso a Andy en las manos, ella se asusto y el artefacto paso del azul al morado y luego a un rojo ardiente.
—¿Qué es el rojo? —cuestionó, miré a Leo quien sonreía ampliamente.
—Enamoramiento —dijo orgulloso y Andy soltó el objeto.
—Para nada, no es verdad —Se paró de golpe caminando a su cama.
—Linda mi artefacto no miente —dijo Leo y le di un pellizco.
—Andy está bien, no es nada —dije y Leo me miró confundido—. Aquí es seguro.
—Exacto —dijo Leo.

Llegó la hora de ir a comer. Durante el camino miraba a Andy que hablaba con Leo, pero sus ojos eran vacilantes mirando al rededor. Algo le aterraba y tenía que ver con Eros...

—Hola chicos —saludó Grace y Leo sonrió mientras nosotros saludamos.
—Hola rubio —dijo Leo.

Andy me apuntó el objeto con sus ojos, Leo tenía el espejo en su mano luciendo un rojo claro, no ardía tanto, pero era rojo. Miré al rubio que provocaba ese color rojizo y me sentí alerta.

Leo se había convertido en alguien muy agradable y especial, lo quería proteger; y Jason Grace era la persona más heterosexual caminando en este campamento.

—Leo tenemos que ir a comer —dije.
—Iba para ahí, ¿Puedo acompañarlos?
—No.
—Claro —dijo Andy y Leo.
—Vamos Grace —dijo Andy alentando a que caminen y me lanzó una mirada desaprobatoria.
—Es impresionante todo aquí, es agradable estar en un lugar seguro —dijo Jason, pobre iluso.
—Lo sé, te has adaptado muy bien en la cabaña de Hermes.

Ahora tenía que cuidar a dos personas de los de la cabaña 11.

—Y tú a la tres aunque no sea tu cabaña —dijo y el rizado rio.
—Lo sé, Poseidón va matarme.
—De eso nada, le agradas a papá —dijo Andy y apareció mi otra pesadilla.
—Andy —saludó Luke.
—Hey —Andy brincó a sus brazos para luego molestarlo sacudiendo su cabello.
—Hola Percy —dijo y yo sonreí en saludo.

Ellos son agradables como amigos, me caen muy bien sin duda, pero no iba bajar la guardia con ellos.

—¿Dónde dejaste a Piper? Grace —burló Luke y noté a Leo jugando con su artefacto nervioso.
—No es mi novia y lo sabes —dijo.
—Jackson.

Ese grito acabo con esa plática, la cara de Rachel me dijo todo lo que había evitado desde que llegué. Mi corazón se agitó y note una mano calida entre la mía, todos corrimos a la casa grande donde Rachel nos hizo pasar y apuntó a una mesa de billar, decía cosas, pero para ser honestos solo escuchaba un sumbido agudo.

Miré la mesa observando varias hojas muy confusas para mí, tuve que verlas varias veces para decifrarlas.

El dios Apolo estaba capturado en un especie de templo. Bianca estaba con un grupo que reconocí como las cazadoras, está traía una especie de manta en las manos. Andy, Nico, Luke y yo estábamos en un barco siendo rodeados por una tormenta y la chica traía un cetro en mano. Annabeth, Piper, Jason y Leo estaban en un laberinto y en otra se mostraba a todos reunidos en el Inframundo.

—Percy lo siento tanto, pero creo que está es la profecía por la que Eros los preparo —dijo Rachel tomando mi mano.
—¿Dónde están? —Bianca entro con Nico y los demás faltantes.
—Acabemos con esto ¿A dónde hay que ir por esa cosa? —cuestionó Andy, su rostro no tenía emoción alguna.
—Se cree que aún no está completa la profecía, Rachel les avisará si se a completa —dijo Quirón—. Vayan a comer semidioses.

Salimos de la casa aún muy confundidos y hasta cierto punto asustados, eran muchas emociones en todos los presentes. Miré a Andy alejarse sin decir nada.

—¿A dónde vas? —cuestioné y ella indicó que luego me buscaba.
—Todo ira bien Percy —Bianca me toco el hombro en consuelo.
—Eso espero.

La noche llegó y aún no sabía nada de Andy, la busque durante la cena, pero solo encontré a un Luke igual de preocupado.

—No dijo a dónde iba —cuestionó.
—No.
—Chicos, ella estará bien anda por algún lado —tranquilizo Bianca—. No ha salido del campamento.
—Eso no implica que...
—Ahí está, lo ven —interrumpio y vi que Nico venía con Andy.

Pero ella venía con un dios que ataba con una cuerda.

—¿Qué rayos?
—Andy ¿Qué ocurre?
—Sabia que la llegada de este al campamento no era solo un castigo de los dioses, tuvo visiones y cuando el salga de campamento y lo capturen iniciará la misión —exclamó—. Mientras este idiota permanezca aquí, todo estará bien.

Era linda esa idea, pero muy poco realista.

—Andy... Las profecías se cumplen de cualquier forma y no puedes involucrarte en ellas —dijo Luke con dulzura.
—Eso es cierto preciosa —dijo el Dios, yo miré a Andy.
—¿Puedo hablar contigo?
—Sí, Nico sostenlo —dijo Andy dándole la soga.
—Andy no es un perro, es un dios —dijo Luke.
—Yo ya me rendí con ese argumento, ella es necia y no me molesta ir detrás de ella —dijo y Luke lo miró tan mal que por un momento igualo la mirada de un hijo de Hades.

Tomé a mi hermana para alejarla, mientras los chicos discutían cosas que preferí ignorar.

—Esto es por el miedo a una profecía o porque... tienes miedo de perder al dios —dije y ella me miró confundida.
—¿De qué hablas?
—Andy, ahora que Apolo es como nosotros, puede morir si sale de aquí ¿Te asusta perderlo?
—No me interesa que se muera —dijo con una sonrisa irónica. Sus ojos me dieron mi respuesta, la respuesta que ella negaba.
—De acuerdo. Pero no puedes traerlo como un cachorro.
—Te dejaré pasearlo —dijo y yo reí

La caza de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora