30- Nico

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—¿Sabías que el cetro fue creado por tu padre con ayuda de mi padre para poder protegerse de Zeus si en algún momento fuese necesario? —cuestionó Andy.
—Ahora lo sé —comenté siguiendo con la trenza en su cabello.
—Oye —Cerró su libro y me miró, solté su cabello por instinto y la observé—. ¿Qué se traen mi hermano y tú?
—¿Por qué lo dices? ¿Qué te contó? —Analicé su rostro y por su sonrisa amplia, supe que ya sabía -. Te contó lo del beso.
—Obvio que sí, ¿Por qué no me contaste? —cuestionó emocionada.
—No era de importancia Andy, él no siente nada...fue para salvarme —expliqué.
—Tonterías, esas miradas que se traen dicen más de lo que ustedes son capaces de aceptar.
—¿Tú crees que él pueda sentir algo? —cuestioné con esperanza, ella se tomó su tiempo para pensar en sus palabras.
—Creo que ustedes conectan de una manera muy linda, y el destino tiene algo para ustedes —dijo tomando mi mano. La puerta sonó con dos toques.
&Perdón por interrumpir —Hablando del rey de roma, el bonito chico se apareció con su sonrisa deslumbrante—. Llegamos a la coordenada.
—Voy enseguida —avisó Andy.
—De acuerdo -dijo y me miró-. Hey, te queda bien esa trencita.

Me sonroje, recordando la trenza que Andy hizo von un mechon. Sonreí agradecido y sus ojos brillaban de una manera tan única.

—¿Y yo? —Andy sacudió sus trenzas orgullosa.
—Luces muy linda hermanita —dijo saliendo.
—Vamos —dijo—. Piensa las cosas Nico.

Salimos de la habitación y el aire con olor a sal me invadió, realmente había algo en este que era peculiar, diferente al resto. Al igual que el cielo con el atardecer más brillante que haya visto, el cielo se inundaba en colores rojos, naranjas y amarillos. Observé como Percy lanzaba un ancla para asegurarnos más. Los colores del cielo le favorecían a su piel bronceada.

—¿Estás lista? —cuestionó Luke acercándose.
—Sí, estoy segura que aquí debe de estar.
—Eso espero, porque se nos acabaron las coordenadas —dijo y tomó su mano—. Cuídate.
—Tranquilo ladroncito, estaré bien —dijo Andy alejándose.
—Ha estado diferente desde la isla —dije y él asintió.
—Solo quiero que ella esté bien.

Nos acercamos a los chicos que se preparaban para entrar al agua.

—Entraré ya —informó Andy bajando las escaleras.
&Nico, quiero que tengas esto —sacó la pluma para dejarla en mi mano—. Cualquier cosa que ocurra aquí, ella te ayudará.
—Tú la necesitas —exclamé y él sonrió con dulzura.
—Estaré bien, pero necesito saber que tú lo estarás —dijo y se rascó la nuca nervioso—. Bueno ambos, que estarán bien.
—Claro Jackson —burló Luke.
—Los veo en un rato —dijo yéndose.
—Percy —llamé obteniendo otra vez esos ojos en mí-. Cuídate, tienes prohibido morirte.

Sonrió y se alejó con su hermana, ambos se hundieron en las profundidades del mar, dónde todo podía pasar y para mi desgracia estaba fuera d emi elemento. Ahí no podía cuidarlo.

—Tranquilo estarán bien.

El sol se escondió y los chicos no regresaban, el miedo y la ansiedad comenzaron a picar mi piel, caminaba de un lado a otro observando el mar por algún tipo de movimiento.

—Nico me estás mareando —exclamó Luke.
—Ya paso mucho tiempo.
—Eso no significa que no están bien —aseguró.
—Y sí no lo estan.
—Nico —exclamó, pero un ruido golpeado nos interrumpió.

Ambos nos pusimos alerta observando la proa dónde ocurrio el ruido.

—Los dioses son tan injustos, los usan como peones y no importará lo que ustedes pierdan, ellos nunca pierden —una voz femenina y filosa se mezclaba con el viento.

Saqué el arma de Percy y Luke su espada, ambos caminamos con cautela.

—A ellos no les importará que pierdan a esas personas que se hunden con el tiempo —exclamó y miré el mar-. Percy Jackson un héroe valiente y justo, Andrómeda una chica ágil y analítica una combinación perfecta para resolver problemas. Por eso está guerra nos concierne a todos, los dioses saben que los tienen y saben que van a ganar con su ayuda. Pero piensen en todo lo que van a perder solo por ellos.
—Muestrate —exclamó Luke.
—Para ellos son simples héroes, que podrán ser suplidos, ¿Pero para ustedes qué son? Familia, amigos, vida... Creen que eso les importa, piensen con quienes están peleando ¿Están en el equipo correcto?

Llegamos a la proa y no había nadie, solo una tarjeta en blanco, Luke la tomó revisandola. Simplemente en blanco, la guardó en su chaqueta.

—¡Nico! —gritó Percy.

Corrimos de regreso y pude ver la escena más escalofriante del mundo, la persona que amaba estaba herido por todos lados, su cuerpo estaba tan herido que aún no sanaba con el contacto del agua. Andy arrastraba a su hermano con poca fuerza ya que estaba en las mismas condiciones. No me importo nada más. Salte al agua en busca del chico.

El agua fría me golpeó, pero era irrelevante. Mi corazón latía con fuerza con el ruido de las olas golpeándome, parecía interminable la distancia hasta que pude tomar a Percy en mis brazos. Me percaté que Luke me había seguido tomando a la chica a sus espaldas para llevarla al barco. Está tenía un enorme cetro en su mano.

Nade de regreso con el chico, sus hermosos ojos luchaban para mantenerse abiertos, llegué al barco y Luke me ayudó a subirlo. Los recostamos en los sofás. Solo así mi corazón estuvo un poco apaciguado.

—Lo logramos —victorio Andy levantando con pesar el cetro.

La voz de la mujer resonó en mi cabeza, ellos habían dado todo por el cetro. Si ellos morían, serían reemplazados por otros héroes, pero para nosotros, para nosotros sería el fin.

—Iré por ambrosía y nectar —avisó Luke.

Me agaché para acariciar el rostro de Percy, este sonrió ante el tacto.

—Por suerte estás bien —dijo.
—Idiota, mírate como estás tú.
—Pero no estoy muerto, como te prometí —dijo riendo entre el dolor.
—Torpe.
—Oh vamos, merezco algo lindo ahora —se quejó.
—Ya hablaremos luego —dije mirando a Andy, él la miró.
—Ella aprueba esto —dijo jalando mi camiseta, sus labios salados impactaron con los míos, pude sentir su dolor y exitacion por besarme, trate de no dañarlo más-. Sí, por esto volví.

Al separarme de él, intenté calmar mi corazón, pero la sonrisa de cariño de él y la de emoción de Andy, enloquecieron a mi corazón.

Al amanecer, los chicos ya estaban mejor, pero la idea de la voz seguía dándome vueltas.

—Hey —llamó Percy quién observaba el sol subir.
—Hola —saludé sentándome a su lado.
—Quería hablar contigo. Lamento haberte besado —Esas palabras me dieron un golpe en el corazón —. Bueno, más bien lamento haberlo hecho sin tu permiso, por si aún no es demasiado obvio. Nico, quiero que me des la oportunidad de conocerte, conocerte como pareja porque estoy muy seguro de que siento cosas por ti y ya he perdido mucho tiempo negandolo.
—Tienes mi permiso —fue lo único que pude decir, mi mente volaba en el espacio sin poder conectar nada, sus labios volvieron a tomar los míos.

La caza de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora