20- Andrómeda

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Al llegar al campamento me dirigí a la cabaña de Hermes en busca de alguien que me vendiera una bolsa de dulces. Durante ese último año, había experimentado muchos ataques de ansiedad y para desgracia o fortuna, calmaba un poco de esta con golosinas.

—Andy —Luke corrió a mi lado.
—Hola Aquamarine —saludé.
—Puedes dejar de llamarme así —exclamó divertido.
—No —dije.
—¿Para que necesitas a mis hermanos?
—Los Stoll me venderán algo
—¿Qué cosa? —cuestionó, pero toqué la puerta y los chicos salieron dándome la bolsa y deje en la mano de Travis los dracmas.
—Gracias —dije.
—Cuando gustes belleza —dijeron con humor, pero su hermano los fulmino.
—¿Dulces?
—Sí Luke, no cuestiones —dije y caminamos lejos de ahí.
—¿Tienes tu disfraz ya?
—No ire a esa fiesta.
—Es en su honor, de que volvieron.
—Fiesta que los dioses dictaron como si eso curara el año perdido —bufé y justo los ojos azules incorrectos me miraron.
—Andrómeda creí que nos veríamos —dijo el dios, y miró a Luke analizándolo. Eso no, no tenía derecho.
—Para mi mala suerte sí, ahí iba —dije y me giré a Luke—. Me buscas en mi cabaña en unos minutos.
—Claro.
—Tal vez sea mejor mañana —dijo Apolo.
—No cuentas con mucha suerte —dije tomándolo de su manga para tirarlo.

Llegamos al muelle y guarde la bolsa de dulces para solo sacar una paleta. El sabor a cereza inundó mi boca y descargué toda la ansiedad en la acción, ese dios me hacía más difícil todo.

—Andy.
—¿Qué quieres Apolo?
—Hablar, estaré un tiempo aquí...
—No me importa lo que hagas, solo mantente alejado de mí —dije mirando como el agua se sacudía.
—¿Y si te dijo que no?
—Serías un cretino.
—Andrómeda sé que piensas que soy de lo peor, pero las cosas no pasaron como piensas —dijo desesperado, sus ojos bailaban entre los míos.
—¿Y cómo pasaron según tú? —exclamé enojada—. ¿No me abandonaste?

Él no respondió, solo titubeo.

—Me abandonaste, y no me interesa hablar contigo —me di la vuelta.

¿Por qué tenía que volver justo ahora? Tenía una familia, ya no estaba sola. No lo necesitaba, no necesitaba sus consejos, su cariño, su apoyo o protección... No lo necesitaba.

Me dirigí a mi cabaña y en el camino habían semidioses que murmuraban sobre Percy y yo, sobre ese año trágico, sobre las misiones. Las miradas me seguían en cada paso. Aumente mi paso y la ansiedad crecía, sentía que nunca llegaba, pero al fin tome el picaporte dándole vuelta.

Me dejé escurrir en la puerta al cerrarla, dando un respiro y maldiciendo a todos los dioses, sobretodo a ese ojiazul que había regresado.

—¿Está todo en orden? —Percy salía de bañarse y sus ojos denotaban preocupación.
—Sí, ya sabes. Semidioses

Me levanté para tirarme en mi cama, él acarició mi cabello y se hundió la cama tras su peso.

—Acabara pronto.

La noche llegó y con ello las pesadillas. Nuevamente me encontraba en esa arena de batalla, los monstruos estaban por todas partes, mi cuerpo pesaba y la sangre en mi cuerpo se confundía con el sudor. Escuchaba gritos, rugidos, indicaciones y la voz de Percy.

—Ahhhh —un grito fuerte y desesperado me levanto.

Noté mi frente sudando y mi corazón latía de prisa, pero me incorpore yendo a la cama de Percy quien se había levantando gritando.

—Hey ¿Estás bien?
—Sí, las pesadillas de siempre —dijo, sus ojos estaban aún reflejando el miedo.
—Estamos en casa, tranquilo. Y así será por un tiempo ya verás —dije.
—¿Cómo sabes?
—Vamos, los dioses no son tan crueles para mandarnos de misión ahora, llevamos solo tres días de regreso —dije.
—Cierto —dijo sonriendo con alivio—. ¿Quieres jugar una partida de poker?

Pasamos un rato jugando hasta que el sueño nos gano, al despertar una hora después trás el cuerno para el comedor.

—La cabeza me va estallar —exclamé mientras caminaba con él.
—Soy yo o el sol está más molesto —dijo.
—Siempre —dije con irritación recordando la plática de ayer.

Nos sentamos en la mesa tres tras dar una ofrenda, observé mis hot cakes, eran esponjosos al igual que mi cama... Mierda quiero dormir.

—Se ven terribles ¿Qué pasó? —cuestionó Nico, levanté la mirada.
—No es nada, solo unas pesadillas —dijo Percy bebiendo mucha agua.
—Pues esa pesadilla debió mantenerlos despiertos toda la noche para verses tan mal —dijo Bianca frunciendo su rostro.
—Esta todo bien, ¿Se meterán a la competencia de combate? —cuestioné insitandolos a sentarse.
—No, entraré a la de arco —dijo Bianca, en ese año se dedicó a eso y ahora parecía una más de la cabaña 10.
—¿Tú Nico? —cuestionó Percy tallando su rostro para despegar el sueño.
—No participaré en esas cosas —dijo.
—Tienes que hacerlo, te echaremos porras —dije.
—Por eso no lo haré —reímos.
—Vamos Nico, inscríbete a uno.
—No.
—Lo haré yo —dijo Percy y Nico lo fulmino.
—Atrevete Perseo.
—Hey, es Percy o sirenito —dijo haciendo un puchero.
—Hola chicos, ¿Todos ya están inscritos a alguna actividad de está tarde? —Una hija de Demeter llegó con una lista.
—Aún no —dije tomando la lista para anotarme en combate de cuerpo, le pase la lista a Percy y él se anotó al mismo y de paso a Nico en combate de espadas.
—Listo —dijo Percy dándole una sonrisa amable y devolviendo la lista.
—Gracias, espero verte pelear —dijo la chica sonrojada y jugando con los papeles.
—Claro —dijo Percy dando otra sonrisa amable.
—Ve a buscar plantas chica, ya nos inscribimos todos —dijo Nico y la chica salió de su espasmo y se fue.
—La belleza de Percy Jackson no pasa de moda —dijo Bianca y Percy ignoró esto comiendo—. ¿Algún día te abrirás a una chica o a alguien?
—Claro, cuando sea el momento.
—Annabeth se ve muy interesada, igual Rachel, Drew, Lisa, Jana, Mily... ¿Sigo?
—Sí, ya entendí —dijo Percy y yo miré a Nico que jugaba con su comida.
—Buhos a la costa, piensa rápido —dije notando a la rubia, Percy miró a todos lados buscando escapatoria.
—Hola chicos, Percy —saludó Annabeth y Nico bufo.
—Excelente, el día era tan hermoso.
—Hola también a ti chico muerte.
—Hola Annie —saludó Percy.
—Podríamos hablar luego —dijo Annabeth.
—He sobre qué? ¿Es importante? Es que la verdad hay muchas cosas que hacer, la competencia, la fiesta y tengo que hacer algo con Andy —dijo y me piso.
—Auch, sí claro. Hay que ir a buscar nuestros disfraces y me llevará a ver... —miré a todos lados buscando una escusa—. La mamá de Luke.
—¿Qué? —cuestionó Percy mirándome—. Dijo, sí, eso haré.
—Ohhh entiendo, era sobre la fiesta de disfraces. Quería saber si no quieres combinar disfraces —dijo sonriendo con encanto.

La chica era muy guapa sin duda y su inteligencia le daba como diez mil puntos más, pero primero mato a Percy si me la elije como mi cuñada. No lo soportaría, el mar no nada a esa dirección.

—Ehhh —Percy tenía serios problemas para negarse ante sus amigos.
—¿De qué piensas ir? —cuestionó Bianca dándole tiempo a Percy que nos miró para buscar ayuda.
—Pensaba que podíamos ir de Charles y Ray Eames —dijo y todos la miramos—. Fueron un matrimonio de diseñadores que hicieron significativas contribuciones históricas al desarrollo de la arquitectura moderna y el diseño de mobiliario.
—Claro, si quieres explicar eso cada vez —dije y ella miró a Percy.
—Pueden ir de Heracles y Hebe —bromeó Bianca.
—Bueno, sería una opción —dijo Annabeth y Percy ahora estaba más hundido.
—De acuerdo —se rindió.
—¿Ustedes de qué irán? —cuestionó sentándose a lado de Percy. Nico comía sin mirar a nadie así que extendí mi mano para tomar la suya.
—Cazadora —dijo Bianca.
—Nico y yo de Yolao y Megara —dije sonriendo, esté me miró para luego unir piezas.
—Si puedes sacarme de mi cabaña —dijo Nico, pero acarició mi mano en agradecimiento.
—Annie —llamó Malcom, uno de sus hermanos.
—Bueno, nos vemos —dijo y dejo un beso en la mejilla de Percy.
—Creo que voy a enfermarme el día de la fiesta —dijo Percy alejando su plato para recostarse en la mesa.
—Tranquilo hermanito, todo saldrá bien —dije acariciando su cabello.

Nico me miró en desaprobación y con intriga por mi astucia al elegir nuestros personajes. Ahora sí quería asistir a esa fiesta.

La caza de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora