32- Andrómeda.

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Todo se había vuelto oscuro, me levante del frío suelo de piedra, no había nada por ningun lado, comencé a correr buscando una salida, pero era absurdo, todo era oscuridad, una completa oscuridad

—Andrómeda —dijo una voz, me di la vuelta y tres anciana estaban frente a mi tejiendo, note que el hilo que tenían se estaba volviendo gris, ellas eran las moiras... Eso solo significaba una cosa...yo...yo estaba muerta

—Se acabo el tiempo —dije y ellas negaron

—Aún no, solo escucha, el amor te esta dando otra oportunidad —dijo otra de las ancianas y el hilo se empezó a tornar dorado

—La próxima vez, nadie podra ayudarte pequeña, ahora corre, corre, antes de que sea demasiado tarde —grito otra de ellas y desaparecieron ¿Escuchar? ¿Otra oportunidad?

—Andy escuchame, necesito que no te rindas, no te vayas aún, estrellita no tenemos mucho tiempo —dijo la voz de Apolo. Miré a todos lados buscando su voz, pero venía de la nada, al igual que mi alrededor había cambiado, estaba dentro de un laberinto

—Andy corre tras el hilo dorado, necesito que lo hagas, no te rindas, necesito que seas fuerte, corre —ordenó Apolo, podía escuchar su voz romperse en llanto, miré a los lados y lo vi, el hilo dorado, corrí hasta el y cuando lo iba tomar comenzo a alejarse, corrí tras de el pero más corría, más se alejaba

—¿Andy escuchas? son tus latidos, cuando estos disminuyan se habrá acabado todo, pequeña ¡corre! Por favor corre —grito Apolo suplicando

Corrí tras el hilo, ignorando el dolor de mi herida, ignorando lo mucho que quemaban mis piernas, ignorando el latir de mi corazón que retumbaba en todos lados marcando mi tiempo, corrí con fuerza, mucha fuerza, lágrimas corrían de mis mejillas por el hardor de mis piernas, giré a la izquierda golpeandome con un muro, el hilo se alejaba, brinque contra el muro, comenzando a escalar

—No te rindas, corre  —grito Apolo, brinqué el muro y volví a correr detras del hilo, mi respiración se volvía pesada y el aire que entraba a mis pulmones parecía quemarme, quería gritar, quería rendirme. Ignore esto y corrí con fuerza, gire a la derecha y nuevamente a la izquierda, frene de golpe para no caer al precipicio. Analice a mi alrededor, había como 3 metros de distancia al otro lado y un acantilado infinito si caía. El hilo comenzo a perderse entre un bosque oscuro

—Andrómeda— gritó Apolo, respire profundo y tomé impulso para correr y brinque. Brinque con todas mis fuerzas, me tomé del borde para no caer, mis manos se cortaron con la piedra y con el dolor al vivo y la sangre escurriendo por mis brazos, tomé fuerza y me impulsé para subirme, no perdí tiempo y corrí al bosque, miré a todos lados buscando el hilo, los latidos de mi corazón resonaban pero más despacio ¡No! Busque desesperada y al verlo corrí, corrí atrás de el, mis piernas ya no podían, quemaban, quemaban como el inframundo, seque mis lágrimas con mi brazo, mi cara se lleno de sangre, corrí lo mas rápido que podía. El bosque parecía hacerse pequeño, comenzo a apretarme y se convirtió en una caja de crital llena de agua, que poco a poco se inundaba, no sabía si podía respirar bajo el agua, el hilo se encontraba inmovil a fuera de la caja, el agua comenzo a llegar por mis hombros, mire a todos lados, buscando un punto roto, busque en mi ropa, algo que pudiera ayudarme, el agua comenzo a llegar por mi barbilla, nade un poco hacía arriba tomando una bocanada de aire y el agua lleno la caja, no podía respirar bajo el agua, en cualquier momento me ahogaria, solo tenía el poco aire de mis pulmones, mire desesperada el cristal, los latidos disminuían rapidamente

—Estrellita tu puedes, toma el hilo pequeña, confió en ti, hazlo Andy, Hazlo, necesito que regreses, te necesito —suplicó Apolo y un poco de aire escapo de mis pulmones, comence a golpear con fuerza el cristal, una tras otra, una tras otra, mis manos sangraban aún más, y mi cuerpo temblaba, me estaba ahogando, grite con furia y golpe el cristal por última vez, rompiéndose y mi cuerpo toco el frío suelo, el aire llego a mis pulmones, yo me aferre al suelo

—Estrellita el tiempo se esta acabando - grito Apolo preso del dolor, mire el hilo a centimetros de mí, me incorporé con pesadez y mi cuerpo temblaba, escuché los latidos, cada paso que daba, cada latido perdido, todo comenzó a dar vueltas, ahí estaba el último latido, me desplomé en el suelo y todo se volvio oscuro. Se acabó.

La caza de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora