5- Bianca

384 36 0
                                    

"El caos inicia y el amor florece, tu búsqueda será guiada con el despertar de las flores y el sol"

Esas fueron las palabras suficientes para desmayar a Annabeth y tenerla hechizada, corrí a ella para darle unos suaves golpes en las mejillas.

La chica abrió sus ojos grises, eran más profundos.

—Percy —balbuceó y sentí como su voz era dulce, encantadora.

—Percy —repitió esta vez yendo atrás de él.

—Annabeth espera, vas a desatar el caos —llamé yendo atrás de ella, corrí rumbo a ella tropezando en el proceso.

Miré el cristal de corazón magenta ante mis pies, era el corazón de Afrodita..., pero la voz dijo que encontraría mi objetivo en el despertar de las flores. Observé el lugar buscando flores o algo relacionado con ellas, corrí atrás de Annabeth escaleras arriba y la vi lanzando un jarrón contra una ventana, por las cortinas que tiraban hacía abajo, supe que Nico y Percy se habían ido.

—Se lo robo, tengo que encontrarlo —dijo Annabeth con la furia brillando en sus ojos.

—Annabeth, estás bajo un hechizo, el sesos de alga ni te gusta —dije y ella me miró, por un momento creí que el hechizo había terminado.

—Estás de su lado —dijo sacando su daga—. Lo quieres, quieres ganar.

—¿Ganar? ¿Ganar qué? —cuestioné retrocediendo.

—Su corazón me va pertenecer a mí, no a ti, ni a Nico —dijo.

¡Corazón! Claro, este no es el corazón que buscamos, saqué el pequeño objeto de cristal y Annabeth se lanzó contra mí, el corazón rodó por el suelo a unos centímetros de distancia mientras Annabeth presionaba su daga contra mi cuello, lance a la chica hacia atrás y corrí rumbo al objeto.

Annabeth tomó la alfombra para jalar de ella y acercarme, gateé hasta el corazón y cuando lo tuve entre mis manos, la rubia me apuntó tirando mi cuerpo al suelo y la daga de nuevo en mi cuello.

—Lo siento Annie —hablé golpeando el corazón contra el suelo para hacerse añicos.

El dolor en su rostro fue infernal, llevó sus manos a su pecho antes de desvanecerse contra mí, respire hondo y coloqué el cuerpo de Annie sobre la alfombra.

Me encontré caminando por ese camino rocoso, llevando a Annie en una carreta envuelta en la alfombra roja, según el mapa había un invernadero cerca, así que seguí mi camino. Al visualizar el lugar noté como Annabeth se movía en la carreta, para luego despertar, me detuve e hice a un lado el objeto. Ella me miró confundida, miró mi mano atada con vendas y luego la carreta, me sorprendió lo rápido que ató cabos.

—Lo siento —se disculpó.

—Tranquila, vamos ese par está ahí adentro —dije apuntando el invernadero.

Al entrar pude ver a una mujer con un vestido negro yeno de flores en su vestido, estaba sobre una meceta y jugaba con algo entre sus manos.

Antes de que hablará, vi a mi hermano y Percy correr como si su vida dependiera de eso y cerrando la puerta detrás de ellos, iban mojados, excepto el saco de Percy que inteligentemente se lo quito antes de lo que sea que los mojo.

—Bien hecho, aquí tienen —dijo la Diosa lanzando el objeto que jugaba a las manos de Nico.

—Bi —gritó Percy corriendo hasta mí, yo lo detuve.

—He, he, estás empapado Percy —dije y él se miró.

—Cierto, lo siento, lo bueno es que ya podemos volver a casa —dijo Percy y Annabeth parecía decepcionada de esta misión.

La caza de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora