Luego del desayuno, y de bañarnos a duras penas, nos quedamos platicando un rato acerca de lo que íbamos a hacer antes de lo acontecido en la escuela de hechicería. Sukuna se estaba quejando de cómo siempre tenía que haber alguien interfiriendo y arruinando sus planes. Tristán lo estaba escuchando y se reía por momentos.
Sukuna: Oigan, idiotas, excepto Megumi. Vámonos ya, no nos podemos quedar aquí toda la vida.
Esmeralda: No era necesario insultar, pero bueno, tú y tus drogas.
Me levanté y creé una mochila para guardar provisiones, las armas y comida, y el campamento. Estaba diseñada para almacenar muchísimas cosas y era bastante liviana, porque era mágica. Hice ropa para Megumi y para mí, nos vestimos y seguimos a Sukuna, que no paraba de apurarnos.
Sukuna: ¿Ya terminaron?
Esmeralda: Sí, sí, ya vamos. Qué fastidioso eres.
Sukuna: Sólo cállate, y ven, mocosa malcriada.
Esmeralda: A mí me hablas bonito, carajo.
Empezamos a avanzar por el bosque hasta que llegamos a una carretera. Tardamos varias horas, porque nos tocó detenernos por numerosas razones: Sukuna no paraba de acosar a Megumi, ni de criticarme por respirar; nos detuvimos a comer y a descansar, Tristán se burlaba de Sukuna y él se enojaba. En resumen: caos.
Tristán: ¿Y ahora qué?
Esmeralda: Nos vamos a Tokyo.
Tristán: ¿Tokyo?
Megumi: Es la ciudad capital del país en el que nos encontramos, Japón.
Miré a ambos lados y vi unos edificios a la distancia. Por lo visto, estábamos más cerca de la ciudad de lo que creíamos.
Esmeralda: (señala al norte) Hay unos edificios por allá.
Megumi: Los veo. Creo que estamos cerca.
Tristán: Puedo teletransportarlos hacia allá, nadie se dará cuenta. Sólo acérquense a mí y los llevaré rápidamente.
Sukuna: Jamás.
Esmeralda: ¿Pero por qué estás tan amargado? Ohhhhh.... (tono burlesco) ¿Es porque Uraume no está? Pobrecito, no puede ir a Tokyo sin su amorcito (risas)
Sukuna: N-n-no es mi amorcito.
Esmeralda: ¿Entonces por qué estás tan cabreado, corazón? ¿La extrañas?
Sukuna: (suspira en frustración) Eres una desquiciada sin escrúpulos.
Esmeralda: Y tú un enfermo degenerado (sonrisa)
Luego de discutir un rato, Tristán nos teletransportó a Tokyo, pero algo salió mal y acabamos dentro de unas alcantarillas.
Sukuna: Salgamos ya de este lugar, huele horrible.
Esmeralda: Espera un momento, pedazo de animal. ¿Oyes esa vibración del techo?
Sukuna: Sí, ¿y cuál es el problema con eso?
Esmeralda: Que estamos debajo de una autopista, si salimos por ahí (señala arriba), nos golpearán los coches. Moriríamos, imbécil.
Sukuna: ¿Entonces nos toca caminar?
Esmeralda: Sí, hasta encontrar una salida segura.
Sukuna: (se queja)
Empezamos a caminar por las alcantarillas. Estuvimos todo el rato discutiendo sobre lo que haríamos una vez saliéramos de allí. Sukuna estaba quejándose del olor y criticándome hasta por mover los ojos, y yo lo estaba insultando hasta más no poder. Tristán y Megumi nos escuchaban en silencio y de vez en cuando soltaban alguna que otra risilla. Eventualmente, oímos unas voces desgraciadamente familiares. Cuando nos acercamos a ellas, nos encontramos con Mahito y su pandilla.
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Si yo estuviera en Jujutsu Kaisen
FanfictionSoy Esmeralda, y sólo haré un fanfic acerca de Jujutsu Kaisen, como si yo estuviera en la serie. Cabe aclarar, que NO habrán spoilers del manga ni de la segunda temporada.