Más cerca de la libertad y un viaje inesperado

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Caminamos por varias calles hasta que finalmente llegamos a un edificio abandonado. Era muy grande y estaba en muy mal estado. Había basura y escombros alrededor. Sinceramente no esperaba algo así. 

Sukuna: Este tipo y yo entraremos, y tú te quedas aquí, mocosa malcriada.

Esmeralda: De todas maneras, no quería estar contigo ni con ese pendejo.

Choso: Tch (se enoja)

Esmeralda: Ahora lárguense.

Los dos se fueron. Yo me quedé sola mirando mis alrededores, en ese instante, me di cuenta que tenía una oportunidad de escape, por lo que sin pensarlo dos veces, me fui de allí. En mi trayecto, me topé con una heladería y me compré un helado de vainilla, chocolate y fresa. Luego de unos minutos, vi una figura familiar a las afueras del sitio.

Sukuna: ¿Se puede saber por qué carajos te marchaste? (se sienta al frente mío)

Esmeralda: Porque quise, porque pude y porque se me daba la gana.

Sukuna: Aaaagh, eres insoportable.

Choso: Concuerdo.

Esmeralda: Tú no te metas.

Choso: Compraste helado para ti, pero ¿no para nosotros?

Esmeralda: ¿Ustedes pueden comer?

Choso: Sí.

Les di una cucharada de helado a cada uno. Para mi sorpresa, a ambos les había gustado. Luego de discutir un rato, salimos de ahí y seguimos discutiendo e insultándonos mutuamente. Una vez llegamos a un parque, un coche negro se estacionó cerca de nosotros y de allí salió alguien familiar.

Ijichi: ¡Esmeralda-chan!

Esmeralda: ¡Ijichi-san!

Me acerqué corriendo a él y lo abracé hasta casi asfixiarlo. Lo sacudí violentamente explicándole todo lo que me había ocurrido.

Esmeralda: ¿Y Gojo dónde está?

Gojo: Esmeraldaaaaaaa...(sonrisa)

Veo a Gojo detrás mío y corro para abrazarlo. Sukuna y Choso se quedaron parados como idiotas observando todo.

Gojo: Vaya, así que Sukuna te sacó a dar una vuelta, ¿eh?

Esmeralda: Fue en contra de mi voluntad, yo quería seguir durmiendo.

Gojo: ¿Y ese de ahí quién es?

Esmeralda: Ese es Choso, pero él no importa. Es un emo pálido.

Sukuna: Mocosa malcriada, deja de difamarnos. 

Gojo: ¿Megumi está bien?

Esmeralda: Afortunadamente sí, iré a buscarlo y me iré contigo.

Gojo: (me entrega mi teléfono) No te preocupes, no es necesario. Estuvimos rastreándote todo este tiempo, por lo que tenemos un plan. Nos reuniremos pronto (sonrisa)

Esmeralda: (decepcionada, pero recibe el teléfono) Aaaaaaah, está bien.

Unas horas más tardes, ya de noche, decidí volverme a escabullir e irme a cenar a algún lugar. Estuve un buen rato caminando y mirando diferentes lugares. Eventualmente opté por comerme una buena pizza. Antes de salir, intenté llevar a Megumi, pero Sukuna no me lo permitió. Llegué al lugar y me senté en una mesa apartada, porque las demás estaban ocupadas. En ese momento, se me aparecieron Choso y Sukuna.

Esmeralda: ¿Ustedes qué diantres hacen aquí?

Choso: Eso mismo te preguntamos. En fin, Sukuna, cuéntale sobre el plan.

Esmeralda: Hablen en voz baja, hay mucha gente aquí.

Sukuna: Vamos a viajar por todo Japón para encontrar los dedos que me faltan de una vez por todas. Tú, mocosa, te vas a encargar del transporte y de ayudarnos a permanecer desapercibidos. Él pálido este y yo lidiaremos con cualquier obstáculo.

Choso: ¿Y las cortinas? No podemos arriesgarnos a que humanos nos vean.

Sukuna: (tono fanfarrón) Yo me encargo de eso.

Justo llegó un mesero a preguntarnos qué íbamos a ordenar; Sukuna estuvo a punto de decir una idiotez, pero lo detuve tapándole la boca. Pedí una pizza pequeña de pepperoni con extra queso y dos refrescos, para mí y Choso, ya que el "Rey" no iba a beber eso. Una vez terminamos de comer, me toqué el pecho porque sentí una perturbación en la fuerza. Al parecer, Sukuna también lo percibió y salió de repente del restaurante. Para ese momento, ya habíamos terminado nuestra comida y pagado la cuenta, por lo que salimos a ver qué era lo que sucedía.

Sukuna: ¿Alguno de ustedes sintió eso? (sonrisa malvada) ¿Saben lo qué es?

Choso y Esmeralda: No.

Sukuna: (agarra a Esmeralda) ¡Es mi poder maldito!, además, te estabas tocando el pecho, así que debiste sentirlo.

Esmeralda: Bueno, sí lo sentí, pero no necesariamente tiene que ser tuyo.

Sukuna: Claro que lo es, mis dedos están más cerca de lo que había pensado. Así que, ¿por qué tu escuela de hechicería sólo tenía 6?

Esmeralda: Si fueran fáciles de encontrar, los habríamos conseguido todos. Por eso mismo, te insisto que esa energía maldita no es necesariamente suya.

Sukuna: Agh, qué aburrida eres, mocosa.

Esmeralda: Por cierto, ¿qué ocurrió con Uraume?

Sukuna: Pagó por su traición. Ella le estaba sirviendo a otro.

Esmeralda: Pero era un impostor, ella no tenía idea de que era un farsante.

Sukuna: Precisamente por eso la castigué, no fue capaz de reconocer a ese Sukuna como un impostor.

Esmeralda: ¿Y qué clase de castigo le diste? Por favor, que no sea nada sexual.

Sukuna: Eso no te incumbe.

Choso y yo nos miramos con estupefacción, pero no le dijimos nada más. Volvimos a casa. Me dirigí a mi habitación y me coloqué mi pijama, y me acosté y me puse a jugar juegos en mi celular. Oí a Sukuna gritarle a Mahito por su estupidez e incompetencia, Megumi estaba nervioso, Jogo y Hanami permanecían indiferentes. 

Kenjaku: ¿Te llevarás al mocoso también? (señala a Megumi)

Sukuna: Sí, lo necesito para el día de mi resurrección. 

Kenjaku: ¿Y qué harás con la simp de Gojo?

Sukuna: De ella me encargaré luego, haré que acceda a trabajar conmigo. Es insoportable, pero su técnica maldita es útil, y por eso no la mataré aún.

Jogo: Sukuna, nosotros podemos ayudarte.

Sukuna: Creo que podría llevarme al cabeza de volcán, los demás quédense aquí. Partiremos dentro de una semana, porque la mocosa se reencontró con Satoru Gojo y él le habló de un plan, por lo que necesito saber qué es lo que trama.

Jogo: ¿Satoru Gojo sigue vivo después del incendio?

Kenjaku: Sí, de eso no hay duda alguna.

Sukuna: Cuando recupere todo mi poder, yo personalmente acabaré con ese arrogante charlatán.

Esmeralda: ¡Mira quién lo dice!. El burro hablando de orejas.

Sukuna: (suspira) 


Si yo estuviera en Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora