El gemelo de Sukuna

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Estábamos por llegar a Kyoto, cuando a alguien se le ocurrió la brillante idea de ir a explorar unas ruinas antiguas. Yo fui la primera en oponerme, ya que quería llegar a la ciudad lo más pronto posible; sin embargo, él insistió hasta el cansancio, con amenazas incluidas y me tocó ir de mala gana. 

Esmeralda: ¿Para qué quieres explorar esas ruinas? Estamos perdiendo el tiempo.

Sukuna: Calla, mocosa malcriada. Yo sé lo que hago. Además, tengo la sensación de que uno de mis dedos está aquí, e iré a recuperarlo.

Esmeralda: De todos modos, no quería ayudarte. Jódete.

Sukuna: ...

Esmeralda: ...

Sukuna: ¿Qué me ves tanto, mocosa?

Esmeralda: La cara de mandril que tienes, pedazo de animal.

Sukuna: (se enoja) Eres una...

Esmeralda: Cállate, no digas nada.

Choso: ¿Y si mejor se callan los dos de una vez? Me tienen podrido ya.

Esmeralda: ...

Sukuna: ...

Nos quedamos todos en silencio e ingresamos a las ruinas. Por lo visto, parecían ser de un templo muy antiguo. A pesar de su antigüedad, estaba decorado y bastante limpio. Habían unas inscripciones escritas en japonés antiguo, pero no me molesté en leerlas. El lugar estaba iluminado y habían estatuas de mujeres y hombres. No veíamos a nadie, pero sí grietas en el techo y en algunas paredes. 

Choso: ¿Cómo es que nadie se dio cuenta de este lugar?

Esmeralda: Quién sea que viva aquí, habrá colocado algún tipo de barrera, que es invisible para los humanos. Cualquier persona que pasara por aquí, probablemente verá bosque.

Choso: Entiendo.

Un gato salió de la oscuridad. Nos miró por unos minutos, y se erizó como si estuviera a punto de pelear, luego se marchó corriendo. Lo observamos y nos miramos mutuamente. Seguidamente escuchamos pasos, lo que nos hizo colocarnos en posición de defensa. De la nada, apareció un sujeto muy pero muy similar a Sukuna. Sus ojos eran azules, tenía marcas malditas como Sukuna, sólo que eran ligeramente diferentes. Llevaba un kimono a medio vestir y tenía un brazo envuelto con la ropa. Llevaba medias blancas y sandalias antiguas.

???: Así que tenemos invitados, eh, ¿Lisa? 

Esmeralda: ¿Lisa?

???: Es la gatita que fue a verlos hace unos minutos. Ella me hizo saber que había gente aquí.

Esmeralda: ¿Tu gata habla? (ojos esperanzados)

???: Sí, pero sólo en un idioma que yo comprendo.

Sukuna: Esto no puede ser posible, ¿cómo es que tú eres tan parecido a mí?

La expresión del individuo se tornó severa cuando Sukuna habló. Se quedó en silencio unos minutos mirándolo de arriba a abajo. Choso y yo nos apartamos, porque algo definitivamente estaba por ocurrir.

Sukuna: ¿Acaso eres una copia barata mía?

???: (se ríe) ¡Claro que no, hermano menor!, ¿por qué habría de serlo?

Choso y Esmeralda: ¿Hermano menor?

Sukuna: Shhh.

???: Awww, ¿qué pasa? ¿Acaso no quieres que tu novia sepa la verdad?

Choso: ¿Novia?

Esmeralda: Eeeeeh, no soy su novia y jamás saldría con un animal como Sukuna.

Sukuna: Eres una desgraciada, ¿lo sabías?

Si yo estuviera en Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora