Se quedaron algunos días en Lothlórien, o por lo menos eso fue lo que ellos pudieron decir o recordar más tarde. Todo el tiempo que estuvieron allí brilló el sol, excepto en los momentos en que caía una lluvia suave que dejaba todas las cosas nuevas y limpias. El aire era fresco y dulce, como si estuviesen a principios de la primavera, y sin embargo sentían alrededor la profunda y reflexiva quietud del invierno. Les pareció que casi no tenían otra ocupación que comer y beber y descansar y pasearse entre los árboles; y esto era suficiente.
Durante la estadía en Lothlórien Stella y Legolas se acercaron más, conociendo más de ambos, y al hacerlo el elfo comenzaba a sospechar que Stella escondía algo, pues evadía algunas preguntas. Ninguno de los dos, en el tiempo que pasaron en Lórien se atrevió a admitir los sentimientos que tenían por el otro, aunque en algunos momentos era claro para ambos lo que sentían, pero no se atrevían a decirlo porque recordaban aún el propósito del viaje que habían emprendido y que a pesar del brillante sol que iluminaba la tranquila Lothlórien, había una guerra por estallar y una misión por completar que decidiría la misma.
Stella no sabía que hacer, pues sentía que con el pasar del tiempo se enamoraba más del elfo, y recordaba haber emprendido la misión no solo para completar la misión dada por los Valar a los Istari (cosa que también se preguntaba pues no estaba segura del todo y hasta donde sabía Gandalf tampoco) suponiendo que lo fuese esta era una encomendación a cumplir no sólo por ella sino por Radagast también, y para regresar a casa, la cual era la mayor de las razones por las que se había unido a la Compañía, pensando que si ayudaba en la lucha y la historia del libro terminaba satisfactoriamente y los Valar existían quizá le diesen la oportunidad de regresar a su hogar, con su familia, a la cual extrañaba con creces, el único problema es que ahora no estaba segura de querer regresar porque había algo que no quería dejar atrás.
Stella pensaba sobre esto mientras el resto de la Compañía conversaba, el punto central de la conversación era Gandalf, pues a medida que pasaba el tiempo y se curaban las heridas y el cansancio del cuerpo, el dolor de la pérdida de Gandalf se hacía más agudo. A menudo oían voces élficas que cantaban cerca y eran canciones que lamentaban la caída del mago, pues alcanzaban a oír su nombre entre palabras dulces y tristes que no entendían.
—Puedes sentir la magia y verla en todas partes —dijo Frodo.
—Bueno —dijo Sam— no se ve a nadie trabajando en eso. Ningún fuego de artificio, como el pobre viejo Gandalf acostumbraba mostrar. Me pregunto por qué no hemos vuelto a ver al Señor y a la Dama en todos estos días. Se me ocurre que ella podría hacer algunas cosas maravillosas, si quisiera. ¡Me gustaría tanto ver alguna magia élfica!
— ¿Algo así? — preguntó Stella haciendo una brisa soplar de detrás de Aragorn, despeinando al dunedaín, el cual le dirigió una mirada entre severa y divertida.
Sam rio suavemente y sintió entonces que era un buen momento para calmar su curiosidad:
— Señorita Stella, ¿por qué usted no tiene una vara larga? — preguntó Sam — Creía que, todos los magos necesitan de una para hacer magia.
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Nuvanna || El Señor De Los Anillos ⸙ Legolas Fanfic
FanficLa Tierra Media, de esplendor inconmensurable, árboles con hojas color verde oscuro, otros con hojas verde tierno se mecen al compás de la brisa, la tierra debajo de estos se moteaba de la sombra de las temblorosas hojas. Las flores amarillas, brota...