La Tierra Media, de esplendor inconmensurable, árboles con hojas color verde oscuro, otros con hojas verde tierno se mecen al compás de la brisa, la tierra debajo de estos se moteaba de la sombra de las temblorosas hojas. Las flores amarillas, brota...
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Después de unos minutos más, Stella se excusó de la conversación, pues no había muchos más asuntos importantes de los que hablar, Gandalf y Théoden decidieron quedarse y conversar un rato más con Bárbol.
Stella podía escuchar al resto de sus amigos conversar animosamente mientras se acercaba, un par de piedras se deslizaron del montón de escombros, Stella se tambaleó un poco pero pronto recuperó el equilibrio, el sonido atrajo la atención de sus amigos:
—¡Pisad con prudencia Stella! —dijo Merry—. Hay piedras flojas que pueden darse vuelta y arrojaros a un pozo, si no tenéis cuidado.
— Gracias por el consejo Merry — dijo ella acercándose y pronto estuvo sentada junto a Legolas.
— Te hemos guardado un par de empanadillas — dijo Pippin a la chica — ¿Qué hablaron con Bárbol?
— De todo un poco — contestó la chica con simpleza.
— ¡Tan enigmática como Gandalf! — se quejó el hobbit.
— ¿Dónde están esas empanadas?— preguntó Stella con hambre y entusiasmo, sin reparar mucho en las palabras de Pippin.
— Aquí las tienes, recuerdo que casi haces que se nos caigan de las manos con esa mirada hambrienta que nos diste — dijo Merry riendo.
Stella se echó a reír también, era una risa casi parecida a aquella de los elfos, melodiosa y alegre, y Pippin y Merry que llevaban un tiempo sin escucharla, desde Lórien, y el resto, sintieron que era una risa que se contagiaba, y ninguno evitó sonreír un poco.
— Me temo que extrañé mucho sus divertidas ocurrencias — comentó con una sonrisa.
— ¡Por cierto! — dijo Pippin, una mirada curiosa se dibujó en su rostro — Ahora que están todos aquí, ¿por qué no nos cuentan de vuestro viaje?
— No es nada tan interesante como lo que nos habéis contado vosotros — dijo Aragorn.
— Días y noches corriendo tras de ustedes como gallinas sin cabeza — dijo Gimli.
— Antes cuando fuimos llevados por los orcos, les oímos discutir sobre ti — dijo Pippin mirando a Stella — al parecer Saruman quiere algo de ti.
— Si, resulta que aquello que quiere es la información que poseo — dijo Stella, tomando una gran bocanada de aire les contó a los hobbits de su procedencia pero falló en comentar a nadie de los presentes excepto Legolas, quien ya sabía, sobre los incesantes intentos de Saruman y Sauron de entrar en su mente.
— ¡Vaya! — dijo Merry mientras Pippin dió un mordisco al pan frente a él asombrado — Entonces, ¿no provienes de la Tierra Media?
Stella negó con la cabeza.
— Los deja tan sorprendidos como a nosotros, sin duda una dama fuera de lo común — dijo Gimli.
Cualquier pregunta que iban ha hacer los hobbits a continuación fue interrumpida por Gandalf quien se acercaba a ellos.
