🐾 𝔗𝔯𝔢𝔰

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En ese momento llegó Alice, y no esperó encontrarlos tan tensos. —Hola mis chicos lindos, —habló animadamente. —¿Ya comieron? —Preguntó.

—No mamá, se nos fue el tiempo conversando, —respondió nervioso.

—¿Está todo bien? —Dijo entrecerrando los ojos.

—Sí Alice, es solo que Harry quiere ir al médico... ya sabes, chequearse, hacer exámenes, —habló demasiado rápido.

—¿Es verdad hijo? —Lindas y brillantes lágrimas de felicidad comenzaron a caer. —Voy a llamar ahora mismo para pedir una cita. Salió prácticamente corriendo a su habitación. Tenía preguntas, muchas, pero ya habría tiempo de hacerlas.

Harry y Louis se miraron y sonrieron.

—Creo que mejor adelantemos el almuerzo, ¿te parece?

—Sí... Louis, yo, lo siento.

—¿Porqué? No entiendo.

—Me gustaría haber podido contarte, atreverme a salir en vez de quedarme otro día aquí.

—Harry, está bien, no te preocupes. No puedes pretender cambiar tu rutina de buenas a primeras, debemos ir poco a poco, quizás ir hasta el parque es mucho. Llevarte al jardín sería un gran avance.

—Sí, tienes razón. ¿Podemos intentarlo después de almorzar?

—Claro que sí. Ahora ayúdame a servir el jugo mientras caliento la comida.

Cuando volvió Alice ya estaba todo listo, y pudieron almorzar tranquilos.

—Tienes cita el lunes a primera hora. Tu médico de siempre te va a dar un sobre cupo, tenemos que estar allá antes de las ocho de la mañana.

—¿Puedo acompañarlos? Entro a las diez el lunes, —pidió Louis.

—Por supuesto, pero ¿dónde vas a dejar a corbata?

—Se lo dejo encargado a una vecina, para que lo vaya a ver de vez en cuando. Entonces, ¿nos juntamos allá? Ni siquiera sé dónde es, —dijo riendo.

—¿Podrías venir hasta acá para que vayamos juntos? —Preguntó muy bajito Harry.

—Lo que tú quieras, —contestó dulcemente.

Alice solo pudo sonreír. —Voy a lavar estos platos para que ustedes puedan ver una película o lo que quieran.

—Vamos a ir al jardín mamá, —contó Harry, volviendo a sentirse nervioso, y no tuvo respuesta, pero sabía que su mamá estaba feliz de escuchar eso.

—¿Estás listo? —Preguntó Louis, muy ansioso.

—Vamos.

Louis tomó las empuñaduras de la silla, Harry ya había soltado el freno, y poco a poco comenzaron a acercarse a la puerta. Hasta ahí estaba todo bien, Louis la abrió hasta atrás, permitiendo que la brisa entrara y golpeara el lindo rostro de Harry. Despacio iban, paso a paso, por el camino que Alice mantenía limpio y despejado. Llegaron hasta una banca que estaba en medio del jardín, mientras los rayos del sol calentaban sus pieles, y también sus corazones.

—Había olvidado esta sensación de calor, de cómo sientes que te pica, y al mismo tiempo el viento frío que intenta congelarte, —dijo contento, sonriendo feliz y emocionado.

Louis miró hacia la ventana y pudo encontrarse con el rostro inundado en lágrimas de Alice. Sus miradas se cruzaron, no necesitaron palabras para entender lo que significaba ver a Harry así, disfrutando del aire libre.

—¿Podemos salir al parque? ¿Puedo llevar a corbata? —Parecía un niño emocionado por navidad.

—¿Estás seguro?

You Are The Light In The Middle Of My Darkness, History Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora