🐾 𝔇𝔦𝔢𝔷

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Se miraron y se sonrieron.

—Tengo hambre, ¿podemos comer? —Pidió.

—Claro que sí amor. ¿Te sientes mejor? —Preguntó, con miedo de acercarse.

—Sí, creo que sí. No sé bien porqué estaba tan enojado con el mundo, supongo que me siento frustrado, y no me gusta. Lo siento si fui muy desagradable, —dijo estirando su mano para que Louis la tomara.

—Está todo bien amor, te entiendo.

—Necesitamos hablar, hay una conversación pendiente y no es bueno dejarla ahí.

—Lo sé, me cuesta hacerlo, pero tengo que aprender. Vamos a la cocina para que elijas el sabor del jugo que quieres, —sonrió.

Veinte minutos después, el aroma a masa de la pizza inundaba la casa, anunciando que ya estaba lista, para gran contento de Harry que llevaba reclamando esos mismos veinte minutos que tenía hambre. La verdad, se quejaba porque al hacerlo Louis le daba un beso, por consiguiente, recibió muchísimos besos que lo tenían muy feliz. A los dos.

—Ese día en tu departamento, sentí muchas cosas y creo que desde ahí mi enojo creció, mi situación me provoca ganas de arañar mi piel, de hacerme daño, porque me siento atrapado en esta silla, —comenzó, empezando a alzar la voz sin notarlo. —No imaginé cuán dañado estamos, no entendí lo que había hecho mal, no supe cómo ayudarte, nunca había odiado tanto a mis piernas inútiles, jamás cuestioné como ese día, mi vida. —Paró para tomar aire. —Tu historia caló en mí más de lo que pude imaginar, ese día entendí lo profundo de tu dolor, y no poder consolarte ni acariciar tu pelo, o solo darte un abrazo hizo que me quisiera matar. Y sé que suena exagerado, pero contigo todo lo que siento se ha vuelto intenso, —terminó, casi sin aire.

—Creo que ese día marcó un antes y un después para mí. Sabía que lo que me pasó me había marcado para siempre, pero ese día tomó forma, se volvió palpable, apareció golpeándome de la manera más horrible. Al mismo tiempo, entendí lo que significa esta silla, y me sentí el peor de los hombres por ponerte en peligro. Verte en el suelo, fue... peor que una pesadilla, jamás me lo voy a perdonar, fui muy egoísta, lo siento mucho.

Con el fin de sus relatos, y con la pizza enfriándose, Louis abrazó a Harry, y Harry abrazó a Louis. Habían desnudado sus emociones, se estaban mostrando vulnerables, pero tenía un efecto sanador poder compartirse con alguien que de verdad lo valoraba y entendía.

—Se va a enfriar la pizza, —habló primero Louis. —¿Decidiste qué sabor prefieres hoy para tu jugo?

—Manzana, pero ¿puedes tomar de piña? —Preguntó con esa inocencia característica.

—¿Para qué? ¿Para que te lo tomes tú? —Contestó divertido.

—Hay una explicación Lou. Nunca he tomado esos sabores juntos, y no quisiera abrir una de las cajitas y luego no beberla...

Louis abrió la boca, completamente sorprendido, listo para responder semejante argumento, pero finalmente, era una buena razón. —Esta bien, —dijo riendo. —¿Te sirvo en un plato, o vas a comer del mío?

—¿Del tuyo?

Louis se acercó inocentemente a dejar un beso suave en los labios de su novio, pero casi fue devorado. Harry le contestó fuerte, profundo, con ganas, descolocándolo. Tanto así, que no volvió a hablar hasta que terminaron de comer, mientras Harry tuvo un monólogo sobre un chico que estaba también en terapia y que era muy simpático, y muy divertido, llamado Colin.

Louis comenzó a sentir un fuego que estaba quemándolo, y miró muy serio a su novio, casi molesto, de manera que Harry se puso nervioso.

—¿Pasa algo Lou? ¿Por qué me miras así?

You Are The Light In The Middle Of My Darkness, History Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora