🐾 𝔖𝔢𝔦𝔰

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Louis esa noche durmió profundamente. Hablar con Harry fue emocionalmente agotador, pero al mismo tiempo, podía decirse que estaba orgulloso de que tantos años de dolor y sufrimiento, empezaban a sanar y eso gracias a su esfuerzo y su lucha personal. Su sicóloga lo felicitó, porque había avanzado mucho en poco tiempo, y podía ver el cambio que empezaba a gestarse en él. Sin embargo, apenas estaba empezando este nuevo proceso, vendrían nuevas pruebas, sobre todo una que tenía a Louis terriblemente preocupado, y tenía que ver con el contacto físico. Decidió hablar con Alice, por lo que un lunes cualquiera, la abordó en la cafetería el hospital cuando estaban trabajando.

—Sé que Harry puede decidir por él mismo, pero me gustaría que supieras que voy a pedirle que sea mi novio.

—¡Por fin Louis! —Gritó feliz. —Me alegra mucho, hacen una hermosa pareja.

—Gracias, pero necesito que sepas algunas cosas, porque en mis condiciones, y tal vez en las de Harry, hay cosas difíciles, como la cercanía física. —Contó avergonzado.

—No tienes que decirlo, lo sé, pero ustedes son los únicos que pueden definir sus tiempos. Yo no voy a involucrarme, si necesitan tiempo a solas, o quieren salir a otro lado, incluso si es que en algún momento deciden vivir juntos... Solo deseo que estén bien, que puedan superar sus fantasmas. Siempre los voy a apoyar y a cuidar, hasta donde ustedes me dejen.

Y Louis solo pudo sonreírle. Alice le recordaba a su mamá, tenía la misma dulzura y el mismo amor infinito dentro de ella. Preparó todo para llevar el sábado a Harry a conocer su departamento, para que también Alice pudiese estar en casa tranquila, cuidando a petición de ella, a corbata que parecía ansioso de volver al parque a ver a su nueva amiga.

El fin de semana llegó rápido, encontrando a Harry nervioso, porque Louis le dijo que le tenía una sorpresa. Lo vio llegar en un estado ¿extraño? Lo sintió inquieto, por primera vez tenía las manos vacías, solo la correa con su cachorro.

—Hola Lou, ¿estás bien?

—Lo estoy, ¿y tú? ¿Cómo puedes ser tan lindo? —Preguntó, olvidando que existía todo un mundo afuera y que los relojes no pararían su marcha por su culpa.

—No me digas eso, me da vergüenza...

—Lo siento, no quise molestarte.

—¿Qué pasa? Pareces enojado o algo así.

—No es eso, lo siento, solo vamos... Pero primero tengo que llevar a corbata con tu mamá, —dijo entrando a buscarla.

Una vez fuera de la casa, el camino a su departamento se le hizo eterno, no podía siquiera prestar atención a lo que decía Harry. En el departamento estaba todo en silencio, era un lugar bonito, ordenado, bien cuidado. Louis puso música, y llevó la silla hasta el sofá.

—¿Crees que pueda sentarte en el sofá?, —preguntó. —Sé que estás avanzando, pero no sé si voy muy rápido.

—Tranquilo, —contestó sonriendo. —Puedes, si me siento incómodo te lo diré.

—Bien, —dijo mientras lo tomaba en brazos, pero no era capaz de mirarlo a los ojos. Pudo dejarlo placenteramente sentado, y luego fue a buscar algo para beber.

Volvió e intentó sentarse, pero estaba tan nervioso, que terminó en el piso, causándole a Harry una sensación infinita de ternura.

—Ven, siéntate. ¿Me vas a decir ahora qué es lo que te tiene tan angustiado? ¿Crees que no me doy cuenta de que algo te pasa?

—Lo siento, estoy siendo muy obvio. Pero, no estoy, yo tengo, me confundo.

—Hey, mírame, respira profundo, —pidió. —Siéntate aquí, a mi lado.

You Are The Light In The Middle Of My Darkness, History Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora