Capítulo 5: Familia Benedetti

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♔︎ 05: Familia Benedetti ♔︎

Me encuentro en la enfermería, recostada en la camilla, esperando a que la reina Evangeline aparezca. Sé que está ocupada practicando hechizos con Clare en el jardín. Después de las palabras del señor Adriano, me quedé completamente absorta y Henry me trajo aquí junto a Theo.

Sinceramente, no quiero que la reina utilice su magia en mí y me ayude. Necesito que las marcas y el dolor permanezcan en mi cuello como un recordatorio de que no fui capaz de defenderme. Quiero que sean un recordatorio de que fui inútil y débil a pesar de todo el entrenamiento que he recibido. Un recordatorio de que soy la hija de un monstruo y que pago por sus actos.

En mi mente no dejan de repetirse las palabras de Blade.

«Le quitaré algo que aprecia, como él hizo conmigo»

—Blade recibirá un castigo ¿verdad? —oigo a Theo preguntarle a Henry—. No puede seguir así como así. Lo que ha hecho es inaceptable.

—No lo sé —admite Henry, soltando un suspiro—. Por supuesto que no es bueno lo que ha hecho…

—¿Pero? —increpa Theo—. Henry, con todo respeto, no puedes poner primero a un vampiro que conoces quién sabe hace cuántos meses, antes que a Aurora.

—No lo hago  —Henry habla calmado—. Jamás haría eso. Lo que le ocurra no está en mis manos, sólo de las reinas, y seguramente le pidan a Aurora una declaración.

Sigo callada, mirando el blanco techo. No quiero aportar a la conversación. Aunque desconozco la historia de Blade y lo que le haya hecho mi padre, entiendo su reacción. Él odia a mi padre, arruinó su vida y solo quiere vengarse. Entiendo que se dejó llevar por sus sentimientos negativos, al fin y al cabo, es un vampiro, y su parte oscura se intensifica.

A pesar de que esto solo incrementa mi desconfianza hacia él, no puedo juzgarlo. Es probable que en su lugar hubiese reaccionado de la misma manera, aunque no sea lo correcto.

Mis pensamientos se evaporan al escuchar suaves golpes en la puerta.

—Su majestad —dicen Henry y Theo al unísono.

Me incorporo de la camilla y me siento en esta. Mi entrecejo se arruga al ver a la reina Anneliese, pero aún así la saludo de forma cordial.

—Les quiero pedir que salgan de la habitación, por favor —dice, con voz firme—. Quiero hablar con Aurora a solas. Mi esposa está hablando con Blade de la situación mientras tanto.

Henry y mi amigo me regalan una última mirada antes de marcharse. La reina se posa frente a mí y me escruta con sus ojos verdes. Aunque ella sea una humana común y corriente, su belleza parece angelical igual que la de su esposa.

—Te pido disculpas por lo ocurrido.

No debería ser ella quien las pida.

—Si no te incomoda ni asusta, Blade quiere hablar personalmente contigo para pedirte perdón. Cabe recalcar que yo estaré presente con Evangeline. No te dejaremos sola con él.

Trago saliva y mi garganta arde. Ella se queda mirando mi cuello y una mueca aparece en su rostro.

—Se pondrá feo —admite—. De verdad lo lamento. Muchos estaban en desacuerdo en que aceptáramos a Blade, al ser vampiro. Pero cuando llegó aquí tan perdido, suplicando que lo mataran, yo no pude evitar no sentir compasión. —Suspira y me sujeta una mano. Su piel está tibia—. Pero es mejor que él te cuente su historia. Nada justifica lo hecho, y aunque haya sido convertido hace un año, él todavía aprende a controlar su lado oscuro. Además, creo que ambos podrían entenderse muy bien.

La caza del vampiro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora