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El sudor bajaba por su frente, cada bocado era una tortura para su estómago y se esforzaba por tragarlo sin regurgitar. Fyodor lo miraba atento desde su lado en la mesa, pero disimulaba su disgusto por los cambios de apetito en el pelirrojo.
El último trozo fue la peor parte de todo el filete que devoró en cuestión de minutos. Era como si su garganta quemara con cada mordisco y ni siquiera la copa de sangre podía hacerlo tragar, pero no solo era la comida; su cuerpo estaba agotado, sus ojos estaban cansados. No había dormido lo suficiente en dos días seguidos y seguramente todos lo notaban en las oscuras bolsas bajo sus ojos.
—¿Ya has terminado? ¿Quieres más?
Sus ojos carmín se abrieron buscando una respuesta aceptable que no se escuchara grosera al negarse, ya no le apetecía ni un solo trozo de carne, porque era seguro que un bocado extra le haría vomitar frente a todos en la mesa y eso sería completamente vergonzoso.
—Estoy bien, abusar de la comida no es nada saludable y debo cuidarme si quiero recuperar mis habilidades, ¿Verdad? —sonrió esperando parecer convencido.
—Tienes razón. —dijo el azabache de cuernos blancos, asintiendo complacido.
El pelirrojo miró por la ventana los claros de luz apenas perceptibles en la profundidad de la grieta. Ya estaba amaneciendo, pero la cena se estaba extendiendo más de lo normal, pues todos parecían hablar muy amenos en sus conversaciones, y hasta que el Rey no diera por terminada la cena, nadie podía irse, sin embargo, Fyodor no quiso esperar en esa ocasión.
Se levantó educadamente inclinándose hacia su padre al otro extremo de la larga mesa. —Nos retiramos. —informó.
Mori asintió sin ningún tipo de objeción más que una sonrisa amable en su rostro. —Adelante, ya estaba por terminar la cena.
Arahabaki se levantó tras Fyodor, inclinándose también antes de marcharse caminando a sus espaldas. Esperaba que solo lo acompañara hasta la puerta y después lo dejara ir solo, pero no fue así. El azabache salió junto a él caminando por las calles empedradas con dirección a su pequeña casa.
No dijo nada. Le ponía nervioso que se diera cuenta de lo que estaba tramando e intentara detenerlo de alguna manera, ¿Qué iba a decir si lo descubría intentando salir del acantilado? Por mucho que Fyodor fuera tan amable, era seguro que lo castigaría.
—¿Cómo va tu habilidad? ¿Ya puedes utilizar gravedad?
—Puedo levantar algunas cosas.
—Entiendo...
Su forma elegante de caminar ondeando aquella capa de un lado a otro, hipnotizaba al pelirrojo. Le recordaba aquella vez en la que despertó y sus recuerdos borrosos no lo dejaban dormir, pero esa misma capa lo había cubierto cálidamente dándole una reconfortante sensación de alivió...
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Cazador || Soukoku
Fanfiction¿Qué haces cuándo el amor de tu vida ya no está? ¿Y si tuvieras la oportunidad de volverlo a conocer? ... En este mundo los demonios son temidos, poderosos y malvados, matan personas inocentes cuando tienen ganas y no hay muchas cosas que los puedan...