Cuando los dos españoles llegaron a su casa, había varios sobres en la correspondencia para ellos, algunos eran recibos de gastos normales, pero hubo uno que llamó la atención del mayor.
Era diferente, aparte del color amarillo pastel, parecía una carta, aunque algo pesada para ser papel en un sobre.
Subieron hasta su piso y entraron a casa, descansando un poco.
—¿Qué te apetece comer?
—Mmm... ¿Qué hay?
—Pues hay para hacer spaghetti, macarrones con queso, una tortilla de patatas, y... Creo que nada más.
—Una tortilla de patatas.
—Bien.
El castaño se levantó para ir a cocinar, mientras preparaba los ingredientes seguía pensando en aquel sobre, quería abrirlo pero seguía sin entender quién la enviaría.
Después de comer, el menor recogió los platos para lavarlos.
—Gracias Anselmo, si me necesitas estaré en mi habitación, recuerda no lavar los cuchillos, ni nada de vidrio.—el mencionado asintió con una sonrisa.
Ya en su cuarto, se sentó en su cama para revisar su correspondencia, primero los recibos y al último el misterioso paquete.
Las facturas estaban normales, su sueldo las cubría pero quedaba muy justo de dinero, sus ahorros se acabarían pronto y difícilmente se recuperaría.
"Necesito ver algún avance con mis papeles para trabajar en un consultorio aquí", se hizo una nota mental.
De nuevo la sensación tan extraña de tener a Quackity en su vida, lo hacía sentirse un poco más irresponsable, aunque realmente no tenía ningún problema, era más algo de desorganización.
Era raro y nuevo para el español.
Terminaron los sobres de las facturas, solo estaba aquel de color pastel.
—Espero no sea una broma o el gilipollas que lo envío va a conocer la cárcel.—suspiró.
Abrió el sobre, de este salió su teléfono móvil, y una carta.
—¿Quién...?
Comenzó a leer la carta.
"Hola mi niño
Es raro llamarte así sin estar jodiendote, ¿verdad? Porque justo ahora lo escribo de una manera no irónica, sino... Bueno, con cariño.
Hoy mi vuelo sale a las 7 de la noche, volveré a casa con mi esposa y mi hijo Frederick, y de acuerdo a mis planes también estaría alistando la demanda en tu contra para tener a Anselmo con nosotros, Biyin me convenció hace unos meses de hacerlo porque Anselmo necesita una familia normal.
Pero ayer, después de mi encontronazo con tu amigovio, me dí cuenta de varias cosas.
Aquel chaval que luchó contra mi esposa por su amigo me hizo reflexionar sobre mis acciones y el daño que le estaba haciendo a las personas.
Además, después de husmear en tu móvil, encontré que aún guardas los recuerdos de las cartas que te escribía en el colegio, me dió un poco de vergüenza ver lo hormonal que era contigo pero aún así no pude evitar sonreír al ver lo mucho que aprecias todo.
Si, tu y yo nunca fuimos buenos, ni para los niños, ni para nosotros, pero éramos tercos uno con el otro, eso era una gran fortaleza, aunque las circunstancias jamás estuvieron de nuestro lado.
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Luchones [Luckity AU] (EN EDICIÓN)
FanfictionA raíz de un amargo divorcio, Luzu emprende un viaje a México para despejar su mente y corazón. Sus amigos ofrecieron ayudarlo a encontrar un hogar temporal en la Capital, abriendo una nueva oportunidad de hacer su vida desde cero, pero no está tota...