Capítulo 18

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—¡Esos chamacos van a ver! Me los voy a ir a madrear, pinches morrillos nalgasmiadas.—se levantó de la silla, buscando en su teléfono el contacto de su amiga la secretaria de la escuela, escribiéndole un mensaje de inmediato.

Mientras tanto, el pequeño español seguía consolando al mexicano, su abrazo era fuerte.

—Perdón por ser débil, apá—su llanto incrementaba aunque trató de contenerlo con sus manos.

—No, no, no, no, no mijo, no eres débil, eres bien chingón, esto no es tu culpa—se acercó para abrazarlo con fuerza, Anselmo se apartó para darles su espacio—Perdón por no poder ser el papá perfecto, pero me estoy esforzando por ti, neta, eres lo más importante en mi vida.

—Eres el mejor papá.—finalmente correspondió el abrazo.

A pesar de que el mayor se contuvo, no evitó que las lágrimas salieran de sus ojos en cuanto sintió los brazos de su hijo rodearle.
Duraron unos cuantos segundos más en esa posición hasta que el menor estaba más calmado.

Quackity decidió quedarse en casa con ambos niños para cuidarlos y tratar de animar a su hijo, pero tan solo un par de horas después, recibió una llamada de su jefe.

"¿Qué pasó, cabrón?", contestó a secas, estaba molesto pero no quería pelear ahora.

"¿Dónde mierda estás, Quackity?", Schlatt se oía molesto también, era fácil empezar a discutir con ambos adultos en ese humor.

"En casa, cuidando a Merlon, se peleó en la escuela. ¿Qué quieres?", el mencionado volteó a ver a su papá, aunque había cierta distancia, se escuchaba la conversación.

"Necesitaba saber que mi trabajador no estuviera cogiendo con su nuevo juguete de turno. Cuida a Merlon, el pobre es débil por ser tan sentimental, eres un pésimo padre, ¿acaso no te das cuenta del daño qué le haces cuando empiezas de zorra?", el azabache frunció el ceño, estaba a punto de tener un bajón emocional dándole la razón.

Pero su Lusu era distinto.

"Fuiste tu, ¿verdad? Tu le metiste tantas putas ideas erróneas a Merlon, ¿no?", hizo una pausa, tomó aire para continuar. "El que no se da cuenta del daño que le haces a Merlon eres tu, pendejo. ¿Te vas a calmar o quieres qué te meta una demanda para que te alejes de nosotros?"

"Estás jugando con fuego.", contestó serio el otro, se sintió la furia en sus palabras.

"Me vale verga, no pienso dejarme, tu eres una mierda, neta que me tienes hasta la madre. Adiós, no voy a discutir contigo, pendejo.", colgó la llamada, dejando a su ex esposo hirviendo, pero poco le importaba la situación de este.

El moreno suspiro guardando su celular, cuando este vibró. Miró la pantalla encontrándose con un mensaje de su Lusu.

| Mi vieja gótica
   En línea

•Hola, Quacks.
•Espero no interrumpir pero, quería decirte que te extraño, muy cursi, lo sé, pero estos días me has hecho un poco adicto a tu atención. Solo eso, nos vemos en casa al rato. Yo voy por los niños, te aviso.

Quackity sonrió, sintió su corazón palpitar muy rápido, todo volvió a ser color rosa pastel. Iba a contestar, pero tuvo una mejor idea.

—Esperen aquí, voy a comprar, ¿quieren algo?—mencionó el mayor a los dos pequeños.

—Yo quiero unos Doritos Diablo.—habló Merlon.

—¿Y tu Anselmo?—volteó a ver al mencionado.

Luchones [Luckity AU] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora