Capítulo 38

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—¿Mancha? ¿De qué hablas?

—Lusu, tienes una mancha roja en el costado de la boca. ¿A quién te anduviste besuqueando, he?

—¿Besuqueando? ¿De qué...?—el recuerdo de aquel raro gesto amistoso regresó como un flash en la mente del español—Oh, creo que ya me acuerdo, Melissa me besó.

—¿Melissa? ¿La zorra esa de la que me dijiste que no me preocupara?

—Quacks, no es lo que parece, déjame hablar, ¿si? Solo te voy a pedir que lo hablemos con calma.

—Bien, habla.

—Uh, pues es que me contó sobre una situación difícil en la que está por dos chicos, uno argentino y otro brasileño, solo que...—suspiró, no sabía como decirle todo sin revelar el secreto de la joven bailarina—Es que, es complejo, no sé como explicartelo.

—Solo admitelo, ella es tu misterioso alguien, ¿no?

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Desde que ella apareció, robó tu corazón.—la mirada del azabache se desvió, tratando de contener las lágrimas.

—Quackity, no es así.

—Tranquilo, no tienes que romperte la cabeza dándome explicaciones, no somos novios, ni siquiera ligues, ni nada, no sé porque te estoy obligando a–

El pálido dedo del español calló los labios del mexicano con suavidad.

—No estamos saliendo ni somos algo más que amigos, te daré explicaciones como un acto de amor, no porque me vea en la obligación.

—Lusu...—el pulso del más bajo se aceleró ante las palabras del mayor, sintió un abrazo a su corazón.

—En realidad Melissa es mi psicólogo, es decir, Roier.

—¿Qué chingados?

—También me sorprendí, pero la cosa es que me contó sobre su situación con aquellos chicos y yo le dije que fuera honesta con ellos, eso pone a prueba la honestidad de los demás, fue entonces que me dió un beso amistoso, no sé como lo hizo pero se sintió de esa manera.

—Que aprovechada, ¿no?—trató de fingir que no estaba celoso.

—Pues siendo una bailarina, su comportamiento me parece lo normal, no lo sé, trato de no pensar en ello, es una amistad que aprecio mucho.

—¿Es bailarina?—parecía ponerse difícil el ocultar los celos.

—Si, también me enteré hoy, fue un día lleno de cosas que no me esperaba.

—No mames Lusu, tu te enteraste de varios chismes hoy, yo lo único de lo que me enteré es que Wilbur es papá y que Schlatt es mucho más imbécil de lo que creía.—el castaño iba a reír pero lo último mencionado lo detuvo.

—¿Quieres que hablemos de eso, Quacks?

—Pues supongo que si, a eso venía, pero pues como te andan besuqueando con tanta confianza, sepa que amistades sueles tener tu, aunque en la primaria yo tenía unos compas que luego se andaban besando que pa' reforzar la amistad y no sé que.

—No suelo tener esas amistades, tengo un amigo que es así pero no me besé con el más que una ocasión, aquella vez que te conté sobre mi líada con dos tíos.—sonrió avergonzado.

—Si, me acuerdo que me contaste, pero no te voy a mentir Lusu, yo era de esos compas que decía que una manoseada o unos pinches besotes y ya estaba, asunto arreglado, pero ya en la secundaria, porque en la primaria yo solo jugaba Club Penguin.

Luchones [Luckity AU] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora