Capítulo 30

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El desconcierto invadió a Luzu a cada paso que se acercaba al edificio donde vive, la luz azul y roja de las patrullas lo alarmaron de inmediato. Aceleró el ritmo, evadiendo a los policías, subió las escaleras casi saltando.

Cuando llegó a su piso, pudo notar a cierto mexicano tirado en el suelo, abrazando un peluche de tortuga.

—¡¿Quacks?!—al escuchar su nombre, el mencionado se levantó de inmediato.

—¡¿Dónde chingados estabas?!

—Fuí a...—hizo una pausa, pensando una vez más si decirle, estaba más preocupado por la situación que tenía al azabache tan alterado—Bueno, tuve algunas cosas que hacer, pero no importa eso ahora, ¿qué sucedió?

—¡¿Por qué no contestaste el pinche puto celular?!

—Perdón, no lo escuché, lo tenía en silencio.—comenzaba a alterarse también.

—Puta madre Luzu, ¿están los niños contigo?

—¿Qué? No, se quedaron en casa haciendo tarea con tus primos.

—Bueno, entonces no sé donde chingados están los chamacos.

—¿Habrán ido a la tienda?—preguntó con cierto miedo.

—Si, Luzu, fueron a la tienda hace una hora y siguen ahí.—el sarcasmo era tan evidente que dolía.

—¡Pues es que no lo sé! Tus primos deberían saber algo.

—Están inconscientes en la sala de mi casa, alguien se metió, los atacó y se llevo a los niños.—suspiró aún con fastidio y obvia preocupación—No tengo otra teoría.

—¿Crees qué habrá sido Schlatt?

—¿Por qué se llevaría a los niños? Merlon confía mucho en su padre.

—Podría ser que se metió en problemas y te involucran por ser cercano a él de cierta manera.—respondió pensativo—No me sorprendería, la verdad.

—Si, también lo pensé pero, tengo un pinche mal presentimiento.

—¿Ya lo llamaste?

—No, primero quería saber de tu parte si algo sucedió para empezar a actuar.

Quackity se limpió las lágrimas mientras sacaba su teléfono, buscando entre los contactos a quienes podrían saber sobre los pequeños. Su miedo lo consumía, buscaba como evadir a Schlatt.

—¿Te han dicho algo los policías?

—Debo esperar 72 pinches horas para poder empezar a reportarlos por medios de comunicación y así.

—Joder, que desesperación.

Un par de llamadas después, comenzó a armarse una brigada de búsqueda, Sapnap, Karl, Charlie y Wilbur se unieron, pero aún Quackity evitaba llamar a su ex esposo.

—Ya vienen en camino mis compas pa' ayudarnos a buscarlos.—soltó una bocanada de aire, su rostro estaba más que preocupado.

—Vale, ahora salimos a buscarlos en lugares donde podrían estar, ¿vale?

—Va.

Con miedo, Luzu abrazó al azabache, no sabía si sería correspondido, pero en verdad necesitaba abrazarlo, extrañaba tanto tener algún tipo de contacto físico con el, siendo que le costaba dejarse tocar, el mexicano realmente era alguien con quien había conectado lo suficiente para ser la única persona con la que le encantaba ese lenguaje de amor.

—¿Ya le hablaste a Auron?—la pregunta rompió el pequeño momento que estaba teniendo el español.

—¿Qué?—se separó confundido—¿Para qué le voy a hablar a Auron?

Luchones [Luckity AU] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora