Capitulo 9

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Vamos a dejar un poquito de lado a Azirafel y a Crowley. Hay que ponernos en contexto de qué es lo que sucede en el cielo.

- ¡Eres un estúpido!.- Beelzebúb se abalanzó sobre Gabriel para golpearle.

- ¡Beel!,¡Tranquilizate!.- Gabriel intentaba alejar al príncipe del infierno.

- ¡Tú tranquilizate, estúpido!.- Beelzebúb le dió un puñetazo en la cara a Gabriel.

Gabriel se quedó plasmado. Se levantó del suelo y limpió la sangre de su boca, ya que el fuerte golpe propinado por Beelzebúb le había roto el labio inferior.

- ¿Cómo es qué llegamos a esto?.- Gabriel suspiró con pesar.

- Tú lo iniciaste.

- ¿Enserio? Toda esta tonta pelea... ¿Para qué?

- Soy el príncipe del infierno y tú el arcángel supremo. Se supone que así debe ser.

- Realmente, no quiero seguir peleando.

- Ja, suerte con ello. Estamos en medio de una guerra infinita entre el cielo y el infierno.

- Entonces, tú ganas.

Beelzebúb abrió los ojos de golpe. ¿Se rendía tan fácil?, ¿Qué carajos estaba sucediendo?

- ¡No!, ¡No se supone qué sea así!

- Pensé que querías que infierno ganara.

- ¡Si!, ¡Y tú también debés querer que el cielo gane!, ¡Así es esto!.- Beelzebúb gritaba mientras intentaba procesar lo qué estaba sucediendo.

- Beel...

- ¡No me llames así! Soy el segundo al mando del Satán, el adversario, ¿Qué te sucede?

Toda su existencia había pasado peleando, siempre fue así. Beel saboteaba los planes del cielo, y Gabriel los del infierno. Así había sido siempre... ¿Por qué ahora es diferente? Lo cierto es que, a Beelzebúb no le interesaba arruinar los planes del cielo, si Gabriel parecía inmutarse ante ello, le quitaba la diversión al asunto.

- Beel... Zebúb. ¿Podemos parar esto?

- ¡No! Yo soy el príncipe del infierno y tú el arcángel supremo, ¡Tenemos que odiarnos y pelear por la eternidad! Así siempre ah sido...

- Pues ya no quiero que sea así.- Gabriel caminó hacia Beelzebúb.

- ¿A qué te refieres?

- Beel... Todos mis absurdos intentos de sabotear al infierno... Era solo mi intento de demostrarte que yo era capaz, qué era genial en las estrategias... Tal vez... Solo intentaba llamar tú atención.- Gabriel entrelazó sus manos con las de Beelzebúb.

- Gabriel... No.- Beelzebúb se soltó de las manos de Gabriel.- No sé a qué estés jugando pero... No. Yo no siento nada por ti.

El corazón del arcángel sintió un dolor que nunca antes había experimentado. Era la primera vez que se enamoraba. Puso en juego, su corazón, al cielo, su trabajo, todo por Beel... Y había sido rechazado.

- Bien.- Fue la única palabra qué salió de los labios de Gabriel.

Beel salió a toda prisa de la oficina de Gabriel. Su cara reflejaba su miedo. Sus ojos llorozos eran una fiel muestra de qué tal vez... Gabriel no era el único que se sentía así.

- Bien...- Gabriel se dejó caer en su silla.

Beelzebúb era el segundo al mando del Adversario, de Satán. Beelzebúb era el príncipe del infierno. Toda su existencia fue solamente eso, odiar al cielo, arruinar los planes el cielo, aborrecer a todo ángel, y aún más, al arcángel supremo. Nunca había amado a alguien, no debía, no podía... ¿Por qué?, ¿Por qué Gabriel tenía que decirle que la amaba?, ¿Por qué tenía, con esas palabras, hacerle ver qué no solo Gabriel se sentía así?, ¿Por qué se tuvo que enamorar de la persona equivocada?, ¿Por qué?

A las cuantas horas de qué Beelzebúb se fuera, alguien tocó a la puerta de la oficina de Gabriel.

- ¡Largo!.- Ordenó Gabriel entre sollozos y llantos, los cuales ya no estaba dispuesto a reprimir.

- Perdone arcángel pero...- Azirafel entre abrió la puerta de la oficina de Gabriel.

- ¡¿Qué quieres?!.- Gabriel tenía escondida la cara entre sus brazos que estaban sobre el escritorio.

- Bueno... Usted dijo que le urgía verme.- Azirafel miró con aflicción a Gabriel.

Azirafel no puedo evitar sentir algo de compasión por su jefe, nunca antes lo había visto llorar, bueno, nunca antes había visto llorar a ningún ángel.

- Ah, ¿Enserio?.- Gabriel dejó de llorar y comenzó a secarse las lágrimas.

- Disculpe mi intromisión pero, ¿Está bien?.- Preguntó Azirafel colocándose a un lado del asiento de Gabriel.

- ¡No, no lo estoy!.- Gabriel abrazó inesperadamente a Azirafel.

- Eh...- Si, esto incómodaba a Azirafel, pero no podía ser antipático, su jefe estaba llorando.

- ¿Por qué tiene que ser así?,¿Por qué?.- Gabriel se aferraba a Azirafel.

Azirafel no sabía que hacer, esto era raro. Azirafel se vió obligado a apartar a Gabriel.

- ¿Qué sucede?,¿Algo sobre el cielo?

- Si... Algo así...

- Oh, no te preocupes, es seguro que se solucionará todo.- Dijo Azirafel con seguridad.

- Azirafel... Me enamoré del adversario.

(🥀)

𝐿𝑜𝑠 𝑀𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑛 𝐴𝑙 𝐶𝑖𝑒𝑙𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora