No se puede amar si antes no se ha fracasado unas cuantas veces.
El único requisito para ser feliz, es ser infeliz. Lo cuál hace más emocionante eso que llamamos "amor".
No se puede amar si antes no se pudo odiar.
Esperamos que las cosas sean fáciles, esperamos que el amor llegué un día por arte de magia a nuestra puerta, con flores y dedicandonos una canción... Y no, eso nunca va a pasar... No si no lo buscamos, no si no nos enamoramos antes, no si no lloramos por un corazón roto, no si no desangramos por la herida del rechazo, no si no lloramos ante la tumba de un adiós. No, eso nunca va a pasar...
. . .
Azirafel se quedó en shock ante la inesperada confesión de su superior.
- ¿Qué...?.- Dejó salir la pregunta de sus labios temblorosos.
- ¡Estoy enamorado de Beelzebúb!.- Gritó Gabriel.
- Pero... Somos ángeles... El cielo... Tú eres el arcángel supremo... No se supone que te enamores del príncipe del infierno...- Azirafel estaba angustiado, aunque está claro que Gabriel lo estaba más.
- ¡Pero lo estoy! Y no sé que hacer...
- Bien....+ Azirafel intentó tranquilizarse para poder pensar con la cabeza fría.- Primero tienes que calmarte.
- ¡No puedo! Ella... Me rechazó... No siente lo mismo qué yo, ¿Qué se supone que haga ahora?
- Oh...
Un pequeño flashblack de todo lo vivido con Crowley pasó por la mente de Azi...
- Esto es malo.
- Inefable...
Azirafel intentó calmar el amargo llanto de Gabriel, pero fue en vano. No tuvo oportunidad de decirle sus muy pocos avances con Crowley, y tampoco pensó que fuera el momento más indicarlo para hacerlo. Azirafel no tuvo oportunidad y no quiso buscar uno, su jefe estaba destrozado, llorando... No era un buen momento, así que decidió irse. Había un lado positivo en esto, en un par de momentos vería a Crowley.
Azirafel subió en el elevador de regreso a la tierra.
Sus pensamientos parecían girar al rededor de las palabras "Estoy enamorado...", esas que Gabriel mencionó... Esas que para Azirafel también eran ciertas... Azirafel estaba enamorado...
- ¡Mald-!.- Se contuvo de decir la grosería.
. . .
Bien, para continuar la historia es necesario que nos enfoquemos en alguien más... Beelzebúb.
- ¡Maldita sea, Gabriel!.- Beelzebúb pateó con fuerza su trono.- ¿Por qué tiene que ser así?
Beelzebúb era alguien bastante gruñona, desaliñada, con un humor muy grosero y molesto... Ah, y ahora también era alguien a quien un arcángel hizo sentir amor.
- ¡Estúpido!
Hastur, Ligur, y Fufur se encontraban afuera del lugar espiando por la puerta apenas abierta.
- ¿Qué le sucederá?.- Preguntó Ligur.
- Parece que el imbécil del arcángel supremo le hizo algo.- Dijo Hastur.
- ¿Pero qué? Está muy molesta, más de lo usual.- Dijo Ligur.
- Bueno, nunca lo sabremos si no preguntamos.- Dijo Fufur.
Hastur y Ligur intentaron detenerlo pero fue en vano. Fufur entró a dónde estaba Beelzebúb.
- ¡¿Qué quieres?!.- Le gritó Beelzebúb en cuanto lo vió.
Fufur tragó en seco. Beelzebub enserio estaba molesta.
- ¿Sucede algo?.- Dijo Fufur temiendo recibir un golpe cómo respuesta.
- ¡No! Todo está perfectamente bien, ¿Qué no ves?.- Beelzebúb sonrió sarcásticamente.
- ¿Qué sucedió con el arcángel?
Beelzebúb se acercó rápidamente a Fufur, lo acorraló contra una pared, y lo sujetó fuertemente con una mano del cuello.
- ¡Mencionar a ese idiota está prohibido desde ahorita!.
Beelzebúb chasqueó los dedos y convirtió a Fufur en una pequeña arañita verde.
- Y eso va también para ustedes dos.- Dijo Beelzebúb abriendo la puerta y revelando la presencia de Hastur y Ligur.
- Bien... Príncipe.- Dijeron en unísono Hastur y Ligur.
- Ahora... Quiero la cabeza de Crowley, para hoy.- Dijo Beelzebúb tomando a Fufur araña entre las manos.
- Pero mi lord... Sabe qué tenemos prohibido interferir con el tiempo de vida de los humanos.- Apeló Hastur.
Beelzebúb los miró con todo el odio posible, y formuló una sonrisa de lado en su rostro, dándole ese característico toque aterrador a su rostro, que infundía miedo en todo el infierno.
- ¿Y desde cuándo los demonios siguen órdenes del cielo?.
- Tiene razón mi lord.- Dijeron Hastur y Ligur.
Estos hicieron una reverencia, aunque era más un " Lo sentimos, mi Lord ".
- Ahora más qué nunca tengo que conseguir esa alma... Tengo que hacer que Gabriel pierda de nuevo...
- Cómo usted ordene, mi Lord.- Dijo Ligur.
- Para mañana mismo tendrá la alma de Crowley.- Dijo Hastur.
- Bien. No se les ocurra fallarme... O terminarán cómo él.- Beelzebúb dejó caer al suelo a Fufur y lo aplastó con su zapato.
- ¡Entendido, mi Lord!
(🥀)
ESTÁS LEYENDO
𝐿𝑜𝑠 𝑀𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑛 𝐴𝑙 𝐶𝑖𝑒𝑙𝑜
Fanfiction- Oh, Crowley, permíteme.- Dijo Aziraphale tendiendole la mano para ayudarle. - ¡No quiero tú ayuda!.- Crowley golpeó la mano de Aziraphale. Crowley se levantó a cómo pudo y se sacudió la ropa, estaba tan enojado que no se percató de que el sujeto l...