- ¿Aquí es dónde está?.- Preguntó Ligur.
- Así es.- Contestó Hastur.- Hay que asegurarnos de que sea lo más rápido posible, y sin que nadie vea.
- Entraré primero yo, para revisar.
- Bien.
Ligur chasqueó sus dedos y la puerta se abrió, y este entró.
Crowley y su nana se encontraban en el que alguna vez había sido su cuarto cuando era un niño.
- Este era tu peluche favorito, ¿Lo recuerdas?.- Dijo la anciana sosteniendo un peluche de oso blanco con alas de ángel.
- Ja... Si, lo recuerdo.- Crowley tomó el peluche y le miró con una sonrisa.
Irónicamente de niño ese ángel de peluche le salvaba de la soledad cuando murieron sus padres, y ahora, un ángel de verdad le salva de la soledad en la que ha vivido todos estos años.
Ligur tocó a la puerta del cuarto.
- ¿Crowley?.- Dijo sosteniendo la manija de la puerta.
Crowley y su nana se miraron confundidos. Crowley sintió que algo andaba mal, así que le pidió a su nana qué se escondiera en el armario.
Hace un par de días que había tenido una pequeña discusión con su jefe, y pensaba que Ligur venía a cobrarse esa "deuda". No sabía cómo le había encontrado, pero seguro que no le había buscado para nada bueno.
- Pasa, Ligur.- Dijo Crowley una vez comprobó que su nana estuviera bien escondida.
- Hola, amigo, ¿Cómo te va?.- Dijo Ligur abriendo la puerta y entrando en el cuarto.- ¿Estás solo?
- Pues no me quejo.- Río Crowley.- Lo estoy.
- ¡Estupendo!,¡Puedes pasar Hastur!.- Gritó Ligur al otro que le aguardaba en el pasillo.
Hastur entró y sacó un pistola del bolsillo trasero de su pantalón.
- ¿Van a matarme?
- Así es. No es nada personal... Sólo que Beelzebúb quiere tú alma.- Dijo Ligur sonriente.
- Y no podemos negarle nada a nuestro Lord.- Hastur se acercó a Crowley.
- ¿Beelzebúb?.- Preguntó confundido Crowley.
- ¡Sorpresa, somos demonios!.- Dijo Ligur.
- Duques del infierno, para ser exactos.- Afirmó Hastur.
- ¿Están bromeando?.- Preguntó Crowley, quien veía todo esto cómo una broma de mal gusto.
- No, ¿Vamos? No nos crees a nosotros lo de que somos demonios, pero viene un idiota gordo y de pelo blanco, diciéndote que es un ángel y le crees.- Se burló Ligur.
- ¿Cómo saben lo de Azirafel?...- Crowley retrocedió.
- Te lo dijimos, somos demonios. Beelzebúb está interesado en tu alma, teníamos que vigilarte.- Dijo Hastur.
- Más bien, el cielo y el infierno están interesados en tu alma, solo que nosotros no somos cómo esos imbéciles.- Dijo Ligur.
- No, son más imbéciles.- Dijo Crowley burlándose cómo si no tuvieran su vida en sus manos.
- ¡Oye! Nadie nos dice así.- Hastur le puso la pistola en la frente a Crowley.
- ¡Mátalo ya! Acabemos con esto de una vez.- Dijo Ligur.
- Háganlo, pero antes... ¿Qué es eso de allí?.- Crowley señaló hacia la pared.
- ¿Qué cosa?.- Dijeron en unísono Ligur y Hastur, mirando rápidamente hacia la pared.
- ¡Idiotas!.- Crowley salió corriendo la la habitación.- Soy un genio.- Pensó.
Crowley corrió y corrió por toda la casa mientras Hastur y Ligur le seguían por detrás.
La Nana aún se encontraba en el armario mientras oía los destrozos que hacían. No alcanzó a escuchar muy bien lo que habían dicho esos sujetos, pero sabía que querían matar a Crowley, así que estaba dispuesta a ayudarle... Y de ser necesario... Dar su vida por la de él.
La Nana salió del armario y en absoluto silencio bajó las escaleras hasta llegar a la planta baja. Miró a su alrededor, y no había ni un sonido, temía lo peor.
Hastur, Ligur y Crowley se encontraban en la cocina, intentando apuñalarse cada uno con los cuchillos que habían encontrado en los cajones de la cocina.
- ¡Vas a morir!.- Gritaba Ligur.
- ¡Maldito hijo de pu**!.- Gritaba Hastur.
- Idiotas, no pueden ni matar a un simple humano, que vergüenza de demonios.- Se burlaba Crowley.
Mientras se llevaba a cabo todo esto, el timbre sonó, y alguien tocó a la puerta principal. La Nana estaba cerca de la puerta, y al escuchar el timbre no dudó en abrir, pensando en que podría ser la policía, aunque ella no había llamado a la policía.
Al abrir, frente a ella se encontró con un hombre de pelo negro y desordenado, pequeño de estatura.... Ah, y además de ser un demonio y el príncipe del infierno.
(🥀)
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𝐿𝑜𝑠 𝑀𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑛 𝐴𝑙 𝐶𝑖𝑒𝑙𝑜
Fanfiction- Oh, Crowley, permíteme.- Dijo Aziraphale tendiendole la mano para ayudarle. - ¡No quiero tú ayuda!.- Crowley golpeó la mano de Aziraphale. Crowley se levantó a cómo pudo y se sacudió la ropa, estaba tan enojado que no se percató de que el sujeto l...