Crowley le había arrojado una jarra con agua a Ligur pero este había logrado esquivarla, esta dió en la pared y todo el agua formó un charco en el suelo.
- Idiota, ni siquiera tienes buena puntería.- Se burló Ligur.
Ligur y Hastur tomaron y lanzaron varios cuchillos contra Crowley, pero fallaban en cada tiro. Ligur intentó lanzar otro cuchillo pero al intentarlo se resbaló en el charco de agua, se golpeó la cabeza y quedó inconciente, Hastur intentó despertarle.
- ¡Vamos, despierta!, ¡Aún hay que matarlo!.- Decía Hastur cacheteado a su amigo para que despertara.
- ¡No mamen, no pueden ni con un humano!.- Crowley comenzó a reírse.- Si el infierno tanto quería mi alma, mínimo hubiera mandado a demonios más inteligentes.
Mientras todo esto sucedía, la Nana había dejado pasar a Beelzebúb a la sala, se encontraban sentadas cada una en un sillón, mientras bebían té, el cual la Nana había preparado hacía unas dos horas, por lo que no estaba caliente.
- Entonces... ¿Son sus empleados?.- Preguntó la anciana.
- Algo así.- Beelzebúb miró hacia la puerta de la cocina.- Hoy en día ya no se encuentran buenos asistentes.
- Parece que los suyos no pueden matar ni a una mosca.
Beelzebúb al oír esto dejó de tomar el té y miró a la anciana, fulminandola con dicha mirada.
- No, no matarían a una mosca, antes la mosca los mataría a ellos.
Beelzebúb dejó su hora del té con la Nana, y entró en la cocina. Hastur sobándose la cabeza, Ligur desmayado en el suelo y Crowley sangrando del labio y la nariz, eso fue lo primero con lo que Beelzebúb se encontró al entrar en la cocina.
- ¡Sólo tenían qué matarlo!, ¡Es un pinche humano, le das un pu** golpe y ya!, ¡Se muere!.- Le reclamaba Beelzebúb a Hastur, quién seguía adolorido por el golpe con el sartén que Crowley le había dado.
- Lo lamentamos mi lord... Por favor no nos...- Dijo Hastur pero no pudo terminar de hablar por verse interrumpido por Beelzebúb.
- Lárgate de aquí y mantén lejos a las maldita anciana, claro, es una tarea fácil, espero que eso sí lo puedas hacer, idiota.
Hastur solo hizo una reverencia, cargó a su amigo en la espalda y salió de la cocina, dejando a Crowley solo con Beelzebúb, no sin antes, Hastur aprovechar a hacerle una seña a Crowley de que moriría, pasando su dedo por el cuello y asiendo un sonidito, Crowley simplemente le ignoró.
- Oye, tus demonios son unos idiotas, ¿Qué acaso todos los demonios son así de idiotas?.- Se burló Crowley cruzandose de brazos.
Al instante, un segundo después de que Crowley dijera esto, un cuchillo pasó justo a un costado de su cabeza, rozando su oreja y quedando firmemente clavado con la pared, y claro, el cuchillo lo había lanzado Beelzebúb.
- Maldito hijo de perra.- Dijo Beelzebúb enojado mientras caminaba hacia Crowley.- Hiciste quedar cómo estúpidos a mis demonios, te burlaste de mi, y pisoteaste al infierno... No sabes cuánto voy a disfrutar matarte.
Crowley tragó en seco, no era de los que se acobardaban fácilmente, pero debía admitir que los ojos rojos de Beelzebúb llenos de ira y clavados fijamente en él, le hacían sentir uno que otro escalofrío recorrer su nuca.
- ¿No crees que es demasiado solo por mi alma? Quiero decir, ¿Por qué es tan importante que el cielo o el infierno obtengan mi alma?.- Dijo Crowley mientras intentaba despegar el cuchillo de la pared.
- En sí, no es importante para el cielo o el infierno, más bien, es importante para mí, el príncipe del infierno, y para Gabriel, el arcángel supremo.- Dijo Beelzebúb.
- ¿Y por qué?
- ¡Qué te valga un carajo el por qué!.- Dijo Beelzebúb fastidiada.
Beelzebúb era alguien astuta, sabía que Crowley sólo intentaba alargar su vida, lo cuál consideraba patético, ¿Para qué más tiempo? Nunca entendió por qué cuando las personas saben que tienen un tiempo de vida asignado, muy corto, lo desperdician, y al momento de morir ruegan por mas tiempo, ¿Y para qué? Luego si Dios les concedia más tiempo, lo desperdiciaban, realmente patético...
- Vale, quieren mi alma, ¿Pero por qué no esperar a qué me muera?
Beelzebúb aparentemente se tranquilizó y pensó en ello.
- Tienes razón, esperaré a que mueras para llevarme tu alma.- Dijo Beelzebúb en un tono de serenidad.
- ¿Enserio?,¿Así de fácil? Vaya...- Crowley estaba sorprendido y algo incrédulo.
- Claro, sólo que yo misma te mataré y luego, ya me llevaré tu alma.
Beelzebub se acercó de prisa a Crowley y sin que este pudiese evitarlo, Beelzebúb le estampó la cara contra la barra de cocina, haciendo que los lentes negros de Crowley se rompieran y cayeran al suelo, y Crowley sangrara de la frente y la boca, mientras Beelzebúb presionaba su mano contra la cabeza de Crowley.
- Maldito bastardo, nunca mereciste vivir.
(🥀)

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𝐿𝑜𝑠 𝑀𝑎𝑙𝑜𝑠 𝑁𝑜 𝑉𝑎𝑛 𝐴𝑙 𝐶𝑖𝑒𝑙𝑜
Fanfiction- Oh, Crowley, permíteme.- Dijo Aziraphale tendiendole la mano para ayudarle. - ¡No quiero tú ayuda!.- Crowley golpeó la mano de Aziraphale. Crowley se levantó a cómo pudo y se sacudió la ropa, estaba tan enojado que no se percató de que el sujeto l...