Capítulo 2 - La resaca

436 22 1
                                    

Entré dentro y eché un vistazo a toda la estancia, pero no vi ni rastro de mi amiga. Me acerqué a los lavabos y me miré en el espejo unos segundos comprobando que después de toda la noche dando saltos y bailando, la peluca y el maquillaje seguían estando en su sitio.

No tardó ni dos minutos en abrirse de nuevo la puerta del baño, apareciendo por ella la persona desconocida a la que había estado mirando fijamente en la pista de baile. Sin apenas darme cuenta se había acercado y pegado a mí y estábamos besándonos desesperadamente. No habíamos dicho nada ninguna de las dos. No había hecho falta.

Sin dejar de besarme puso una mano sobre mi hombro y me empujó ligeramente a uno de los cubículos vacíos, cerrando la puerta tras de sí de un golpe y apoyándome sobre ella, bloqueándola para que nadie pudiera abrirla desde el otro lado.

No solía hacer estas cosas cuando salía, de hecho era la primera vez que me dejaba llevar así, pero su mirada no se por qué motivo pero me había atrapado y desde ese momento había sentido unas ganas locas de besarla. Probablemente el alcohol también tendría algo que ver para que no me lo hubiese pensado mucho después de su invitación.

Después de varios minutos besándonos frenéticamente, bajó una de sus manos por mi costado muy lentamente mientras me miraba como pidiendo permiso. Permiso que sin dudarlo le di, y fue subiendo poco a poco la falda de mi vestido, introduciendo su mano por dentro descaradamente.

Me estaba poniendo muy, muy cachonda en cuestión de segundos.

Acercó su mano a mi entrepierna y la introdujo también por dentro de las medias que llevaba puestas. Tan solo me hizo un pequeño roce que fue suficiente para que se diese cuenta de cual era mi estado en ese momento, lo que le hizo poner cara de asombro por lo mojada que podía estar en tan poco tiempo, pero esto estaba siendo de lo más excitante y ella me estaba poniendo a mil con cada movimiento que hacía.

Apartó hacia un lado la tela de mis bragas y sin previo aviso introdujo dos dedos dentro de mí mientras no dejaba de besarme con desesperación. La situación estaba poniéndome cachonda no, cachondísima y no era capaz ni de respirar con normalidad. Hacía mucho calor en ese sitio.
De mi boca salió un jadeo intenso al notar sus dedos dentro de mí, que los movía sin parar con movimientos rítmicos dentro y fuera. En mi cabeza estaba pasando todo muy rápido y la verdad que estaba siendo muy placentero nuestro encuentro, aunque estoy segura que sin las copas que llevaba encima no habría sido capaz de entrar en ese baño ni de broma.

Cuando recuperé un poco la cordura intenté hacer yo lo mismo que ella y fui a bajar mi mano hacía su entrepierna para que me acompañara en el placer que me estaba dando, pero me lo impidió con la mano que le quedaba libre y siguió a lo suyo. No le di mayor importancia y dejé mi mente en blanco para seguir disfrutando de sus movimientos.

L: mmm joder con el ritual.. - dije en bajito pero me escuchó igual

-: Qué? - casi no podíamos ni hablar entre suspiros

L: Nada nada, que benditos chupitos...mmmh

Solo me miró extrañada un momento como si estuviera hablándole en otro idioma, pero poco le importó lo que había dicho y siguió concentrada en su tarea hasta que no pude más y terminé corriéndome como hacía tiempo que no hacía. Ni siquiera con Paolo y eso que creía que con él había tenido el mejor sexo.

Lancé un largo suspiro tras haber alcanzado un gran orgasmo, dentro del baño de una discoteca y con una desconocida entre mis piernas.

Me sonrió complacida o eso creo porque apenas podía ni abrir los ojos y sacó los dedos de mi entrepierna suavemente. Se quedó mirándome durante unos segundos en los qué tampoco supe qué decirle porque solo luchaba por intentar respirar con normalidad.

Desde aquella nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora