Capítulo 24 - Nochevieja II

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Salimos hacia el salón donde ya se reunían algunos miembros de mi familia. Mi hermano hablaba con Sara animadamente y mi padre se había unido a la conversación entre mi tía Marta y mi madre después de habernos visto minutos antes.

Nos acercamos nosotras también hasta donde estaban ellos, que enseguida abrieron el círculo para que pudiéramos acoplarnos a la conversación.

M: Ainhoa haz el favor, dile a mi hermana que por favor se modernice, que está anclada en el pasado - Marta se dirigió a ella en cuanto nos acercamos - ahora lo que se lleva es meter un robot que atienda a los clientes. Que pidan la comanda a través de ahí y un rato después el mismo muñequito se lo lleva hasta la mesa

S: anda anda! Déjate de robots ni leches que ya bastante tenemos

M: díselo Ainhoa, que opinas? Es novedoso o no es novedoso? - insistía mi tía

A: bueno yo.. a ver, chulo e innovador si que es pero.. eso quitaría trabajo a todos los camareros

S: por fin! Alguien con sentido común - exclamó mi madre al cielo

M: vale, tienes razón.. eso estaría feo, no? - se quedó pensativa - no me acordaba que los pobres tienen que trabajar para vivir. Pero podemos buscarle otra función, no?

A: eh..

L: oye y qué tal si por una noche no hablamos de trabajo? - les dije para echar una mano a Ainhoa que veía que se estaba poniendo nerviosa al verse metida en un debate sobre el negocio familiar

S: Luz tiene razón, vamos a disfrutar de la última noche del año como la familia unida que somos y a dejar estos temas para otro día, o para nunca - apuntó

M: bueno yo un día que vaya a trabajar me paso por la cocina y le damos una vuelta, vale Ainhoa?

A: si si, claro...

L: vamos que entonces va a ser nunca porque rara vez aparece por allí - rompimos a reír todos con mi comentario

M: oye ni que yo no fuese a trabajar nunca

J: ir si que vas cuñada, ya lo de trabajar.. podríamos discutirlo - volví a notar como Ainhoa se reía de nuevo y su tensión iba desapareciendo  por momentos

M: de verdad que con vosotros no se puede hablar - se indignó al meternos con ella - me voy a buscar a Julio que es el único que me entiende. Bueno y no siempre.. - y se fue hacia otro lado de la sala

S: Ainhoa cariño tu siéntete como de la familia, vale? Y no hagas ni caso a mi hermana

A: gracias Silvia - pasé una mano por su espalda para que sintiera que estaba con ella y me devolvió una sonrisa en agradecimiento

J: eso Ainhoa, tu como de la familia - vi como le guiñaba un ojo

Aproveché que mi madre miraba hacia otro lado para echarle una mirada de reproche a mi padre por su comentario y así recordarle nuestro trato de que no iba a decir nada de lo que había visto unos momentos antes. Me hizo un gesto con la mano indicándome que estuviera tranquila y se cerró la boca con cremallera, lo que me hizo pensar que quizás estaba exagerando un poco y no había motivos para que mi madre se imaginase nada.

Desde aquella nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora