Capítulo 30: Tomando lados

93 14 276
                                    

Connie se escapó la noche anterior para ir hasta la casa de sus padres

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Connie se escapó la noche anterior para ir hasta la casa de sus padres. Se encerró en su cuarto con una botella de vino y pasó la mayor parte de la noche en vela, bebiendo y llorando.

Despertó alrededor del mediodía con una intensa jaqueca. Tomó un sedante, el que robó del botiquín de Rebecca, bebió grandes cantidades de agua e intentó dormir otro poco.

Su celular la despertó unas horas después; era Emily. No contestó porque supuso que la llamaba para preguntar por qué faltó a clases.

Se duchó, comió un emparedado y salió de ahí con el objetivo de enfrentar al causante de todo este alboroto.

Esperó impacientemente una vez que tocó el timbre.

No hizo ningún esfuerzo por detener el impulso de golpear a Matt apenas lo vio abrir la puerta. Sus manos empuñadas golpearon el pecho del chico y después el brazo que él colocó entremedio, como una especie de escudo.

Matt retrocedió, ingresando así a la casa, provocando que ella hiciera lo mismo. Cuando finalmente se hartó, agarró los brazos de la chica para detener sus golpes.

—¡Eres un maldito imbécil! —gritó ella antes de zafarse del agarre. Su rabia quedó en segundo plano una vez que notó el moretón que él traía en su rostro—. ¿Qué le pasó a tu cara?

—Fue Dylan. —Matt se hizo a un lado y fue a cerrar la puerta.

Ella negó con la cabeza, volviendo a sentir el cólera adueñándose de su ser.

—¿Por qué se lo dijiste? ¿Por qué ahora? —cuestionó ella—. Me hiciste prometer que no se lo diría, ¡y tú le cuentas todo así como si nada! ¿Sabes lo mucho que me costó cumplir esa promesa? ¿Y todo para qué?

—No lo pensé bien, sólo pasó.

—Eres un idiota. —Se dejó caer en el sillón. Frotó su rostro y recogió su cabello hacia atrás. Tomó una bocanada de aire antes de proseguir—: Jamás debí escucharte. Debí contárselo desde el principio.

Matt la observó meticulosamente por un instante.

—¿Ya lo sabes? —preguntó él con curiosidad, obteniendo una confusa expresión de parte la chica—. ¿Te lo contó él o lo descubriste tú? —continuó manteniendo el mismo ímpetu en su intento por descifrarla—. Ya veo... Te lo contó Dylan.

Connie cerró los ojos con fuerza, dejando escapar una lágrima.

—Todos mis planes se vinieron abajo cuando lo supe —confesó Matt—. Le iba a contar lo nuestro en un tiempo más y a él le habría dado lo mismo, pero todo eso se arruinó al descubrir que está enamorado de ti.

—Entonces... ¿Es verdad?

Matt la observó en silencio. Asintió con lentitud al comprender que se refería a los sentimientos de Dylan.

Entre Canciones - #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora