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Pov: Lib
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— Maestro si nos vamos así...— Escuché a una persona murmurar, supe por su voz dulce que era Ringo.
Abrí lentamente mis ojos, viendo como el ojiazul estaba sacándole la katana al samurai de kimono verde y lo lanzaba hacia otro lado, algo muy lejano.
— Debemos irnos, ¿Dónde está el caballo...?— El ojiazul Murmuró, mirando la dirección del caballo que estaba a tan solo unos metros.
— Maestro, y ... ¿Que hacemos con el?— Dijo Ringo, mirándome. Fingi estar dormida, cerrando mis ojos fuertemente.
— Oh, estás despierto.— Sentí como el mestizo se empezó a acercar a mi. El ya me había descubierto.
Abrí lentamente mis ojos, usaba mi máscara, no podía ver bien por esta, pero supe que el samurai estaba ahí.
Me levanté de un salto, alarmando al samurai y su aprendiz. Carraspee la garganta y los mire — Buenos días...— Murmuré un poco apenada.
El ojiazul frunció un poco el ceño, y el aprendiz solo miro a su maestro.
—Vuelve a dormir.— El ojiazul se acercó, murmurando pesadamente y con un aura tenaz.
—No tengo sueño.— Le Murmuré, retandole.
— Entonces te obligare a dorm-
Un hombre pelado roncó. descubrí ayer que se llamaba "Taigen", escuché su conversación con Ringo. Su ronquido alarmó tanto a Ringo como a su maestro: el ojiazul.
— Al parecer, está a punto de despertar. — Murmuré, mire al ojiazul mientras le señale a Taigen. — Me llevarás a dónde vayas. — Le dije, acercándome.
— No lo haré.— Murmuró, determinado a no hacerlo.
— No me importa, te acompañaré. — Seguí murmurando, lo iba a hacer incluso si no me dejaba.
El ojiazul gruño, viendo como su tiempo se estaba agotando. El samurai solo siguió su camino, sin dar respuesta alguna.
Mientras lo seguía, me di cuenta que el bosque se hacia menos denso, estábamos yendo a un pueblo.
—¿Porque lo dejaste? — Le pregunte, recordando a Taigen.
— No es de tu incumbencia.— Hablo fríamente.
Solo le seguí, sin decir más, no quería indagar mucho en su vida o lo que hacía, ya que, no me interesaba mucho. Íbamos en la fila para pagar la coima, al parecer el ojiazul iba a pagarlo con dinero, ya que vio como un hombre quiso hacer lo mismo y fue sentenciado. Pague por tres, ya que yo si tenía el pase al pueblo.
